PRINCIPIO Y FIN DE LA S.I.P

John Wood Campbell Jr, editor y fundador de la revista Astounding Science Fiction en plena  “edad de oro” de la ciencia ficción, defendía la imposibilidad de mezclar la ciencia ficción con el género policiaco. Según él, el detective podría recurrir en cualquier momento a una máquina que resolviese el crimen, de modo que la intriga literaria no tendría sentido.

Isaac Asimov no estaba de acuerdo, y para demostrar que Campbell se equivocaba experimentó en este terreno, cuyo camino ya había inaugurado Alfred Bester en 1953 con la publicación de “El hombre demolido”.

Asimov, uno de los más grandes escritores de ciencia ficción de la historia, está considerado por tanto como uno de los primeros autores en mezclar la ciencia ficción con la novela policiaca, y de hecho ha recurrido de forma habitual a este “transgénero” con obras como “Las bóvedas de acero” (1954), “El sol desnudo” (1957), “Estoy en Puertomarte sin Hilda”, o en gran parte de sus relatos de robots, donde el detective debía encontrar al responsable de un crimen que en muchos casos parecía responsabilidad de un robot.

La línea marcada por Asimov sería después asumida por otros autores como Philip K Dick, con “Sueñan los androides con ovejas eléctricas”, escrita en 1968, obra a la que le seguirían una larga lista de libros de tinte similar.

Pues bien, a finales de 1959 la editorial Toray publica el primer número de una colección que, por su original temática, se ha convertido con el tiempo en uno de los grandes clásicos  de la literatura pulp en español. No es que fuera la primera muestra de esta fusión de géneros, pues hay múltiples ejemplos en la colección espacio futuro de Toray, pero sí que es el primer caso en el que se dedicaba una colección en exclusiva al tema.

Estamos hablando de S.I.P (Spacial International Police), una curiosa colección mezcla de los géneros de ciencia Ficción y policiaco, cuya principal característica es que cada número estaba protagonizado por un agente distinto, debido a un peculiar motivo que explicaremos más adelante, y cuyo espíritu se define perfectamente en la contraportada del primer título de la colección:

El hombre ha dominado el espacio, pero la ambición, la maldad y el crimen han seguido a los abnegados pioneros que han posado sus plantas en los nuevos planetas. Por eso la Tierra, para defender la Ley y la justicia, ha creado una nueva fuerza: la Spacial International Police

sip 5La colección constó de un total de 81 números, cifra considerable teniendo en cuenta la poco habitual temática de la serie, y se publicó entre los años 1959 y 1962, al precio de 6 pesetas al principio, y 7 pesetas al final.

Con el clásico formato de 15,5 × 10,5 centímetros y 128 páginas, estas novelas destacan poderosamente por sus llamativas portadas firmadas de forma habitual por Ayné y un tal Jorge.

Respecto a los autores responsables de la colección,  no tengo que dedicarle mucho espacio, pues fueron únicamente dos: Juan Gallardo Muñoz  y Enrique Sánchez Pascual, dos de los pilares de la editorial. El primero de ellos empleó su conocido seudónimo de Johnny Garland para escribir un total de 20 novelas, mientras que Sánchez Pascual, como era habitual en él, recurrió a tres seudónimos distintos: W. Sampas (31 títulos), Alan Star (27) y Alan Comet (3), con lo que los lectores de la época tenían la sensación de que la colección la escribían entre cuatro autores.

La relación completa de los títulos de la colección es la siguiente:

TÍTULO

AUTOR

1 El secreto del circo espacial W. Sampas
2 Asesinato en Luna-término Alan Comet
3 Chantaje, S. A. Alan Star
4 Canales de sangre W. Sampas
5 Hombres sin alma Alan Star
6 Banda de telépatas W. Sampas
7 Arma secreta Alan Star
8 Traficantes cósmicos W. Sampas
9 Traidor al servicio Alan Star
10 ¡Perjuro! W. Sampas
11 El gang del terror Alan Star
12 Asesinato, servicio garantizado W. Sampas
13 El valle de los muertos Alan Star
14 Seguro de muerte W. Sampas
15 Lista negra Alan Star
16 Asesino telépata Alan Star
17 Simbiota criminal Alan Star
18 El imperio de la muerte W. Sampas
19 El continente maldito Alan Star
20 Raptores espaciales W. Sampas
21 La banda del cerebro W. Sampas
22 Sindicato de bandidos W. Sampas
23 Agente espacial Alan Star
24 Asalto al heliexpreso W. Sampas
25 Primera misión W. Sampas
26 ¡Miedo en la S. I. P.! Alan Comet
27 Fábrica de asesinos W. Sampas
28 Virus fatal Alan Star
29 Prueba de sangre W. Sampas
30 Ídolos de barro Alan Star
31 Hermandad negra Johnny Garland
32 Tongo, ciudad prohibida W. Sampas
33 Emisión de muerte W. Sampas
34 La peste dorada Johnny Garland
35 Con el agua al cuello Alan Star
36 Contrato fatal Alan Comet
37 ¡Muerte a distancia! Alan Star
38 El horror verde Johnny Garland
39 Muerte fosforescente Johnny Garland
40 Garras invisibles W. Sampas
41 Cráneo de plata Johnny Garland
42 Rejas arena de Alan Star
43 El signo de la momia Johnny Garland
44 Fuego mortal W. Sampas
45 Policía podrida Alan Star
46 El planeta negro Johnny Garland
47 ¡Llega el Ku-Klux-Klan! Alan Star
48 La plaga azul Johnny Garland
49 Agente femenino W. Sampas
50 Cadáver en el espacio Johnny Garland
51 La banda de los nictálopes W. Sampas
52 ¡Callowan culpable! Alan Star
53 ¡S. I. P. contra la ley! Johnny Garland
54 Un gangster en la S. I. P. Alan Star
55 Tela de araña W. Sampas
56 Trampa para caballeros Alan Star
57 ¡S. O. S., Tierra! Johnny Garland
58 Tráfico inhumano Alan Star
59 Space boys W. Sampas
60 El supercerebro Johnny Garland
61 Locura dirigida Alan Star
62 Póquer de damas Alan Star
63 Cadáveres incompletos W. Sampas
64 Asesinos en la torre W. Sampas
65 Poder infernal Alan Star
66 Ladrones de tumbas W. Sampas
67 Piratas submarinos W. Sampas
68 ¡Ultimátum! Alan Star
69 Ojo por ojo Alan Star
70 Huellas sobre la arena W. Sampas
71 ¡Pánico! Johnny Garland
72 Sinfonía en lüger sostenido W. Sampas
73 El legado de un gangster Alan Star
74 Tráfico siniestro Johnny Garland
75 Voluntario para morir W. Sampas
76 Asesino del tiempo Johnny Garland
77 La torre de la galaxia Johnny Garland
78 Con la muerte en órbita Johnny Garland
79 ¡Sucederá mañana! Johnny Garland
80 La fórmula del Apocalipsis Johnny Garland
81 El fin de la S. I. P. Johnny Garland

Los argumentos de la colección responden a una trama policíaca ambientada en un futuro próximo –finales del siglo XXI-, en el que la humanidad ya ha colonizado el Sistema Solar, desarrollándose gran parte de las historias en la Luna o Marte, aunque también en la Tierra.

El eje conductor de la serie es la S.I.P., (Siglas de la Policía Internacional Espacial),  un sucedáneo interplanetario del F.B.I., y, como ya comenté antes, cada libro está protagonizado por un agente distinto de la organización. El motivo de que no repitan protagonismo es que entre los muchos requisitos que se exigen al selecto grupo de personas capacaes de acceder al S.I.P, es que deben mantener el más estricto celibato, y  como en cada libro el protagonista acaba comprometiéndose con la heroína de turno, el resultado es que debe abandonar la organización. Si esto os parece extraño, me gustaría recordaros que en España, en 1964, si una mujer contraía matrimonio, perdía la condición de funcionaria, así que en este caso al menos la norma absurda es igual para todo el mundo.

El único personaje recurrente en la colección, que servía de enlace entre un número y otro, era el agente Callowan, director de la S.I.P., del que debemos esperar que no se comía un rosco, o que tenía una tendencia sexual no muy bien vista en la época en que fueros escritas las aventuras del SIP. Si nadie sospechaba en aquellos años nada raro de la eterna soltería de Batman y su extraña relación con Robin, ¿cómo iba a dudar nadie del buen agente Callowan?.

Al final del primer título de la colección, el propio Donald Callowan lo explica perfectamente:

Nadie tan hermoso como Sonia le esperaba a él, eterno soltero, enamorado solamente de aquella singladura que hacía temblar a los criminales de todo el universo: la Spacial International Police

Además de Donald Callowan, otros personajes repetían personaje, aunque con un protagonismo y frecuencia muy inferior, como Pat Sullivan, un genio científico que colabora con la organización, o Iko Namura, director de la sección oriental de la S.I.P.

Para hacer un resumen de la colección no se me ha ocurrido nada mejor que redactar una reseña del primer y último título de la misma, siendo además especialmente representativos por corresponder cada uno de ellos a los dos únicos autores que participaron en la serie.

NuevoDocumento 2017-07-07 (1)_1Título: EL SECRETO DEL CIRCO ESPACIAL

Autor: W. SAMPAS

Colección S.I.P Nº 1 Editorial Toray

Portada: Jorge

1ª edición: 1959

Mi admirado Enrique Sánchez Pascual fue el encargado de abrir la colección, sentando las bases de la que sería su estructura habitual, empleando para ello su seudónimo de W. Sampas (William /Enrique – Sam/Sánchez –Pas/Pascual).

El director de la S.I.P, Donald Callowan, hace llamar al novato Lam Curtis, un agente recién salido de la academia, para asignarle su primera misión: deberá infiltrase en el circo espacial, una compañía que ha ido viajando por distintos planetas exhibiendo su colección de extravagantes criaturas y que ha solicitado instalarse en Nueva York con carácter indefinido. El objeto de la misión no es otro que asegurarse de que los ocho extraños seres que se exhiben –uno por cada planeta del sistema solar, a excepción de la Tierra-  no representan peligro alguno para la ciudad. Las originales criaturas que sirven de base del circo son Elena, una ventosa gigante de Venus; Duende, un simio telepático de Urano; Thula, una babosa de 5 toneladas de Júpiter; Focus, un humanoide primigenio de Mercurio; Októn, un visón de Marte; Milcaras, un metamórfico caracterizador de Saturno; un tal Trak de Neptuno; y Glazón, un extraño humanoide de Plutón.

Sin más dilación, el novato Curtis, haciéndose pasar por un tal John Caster, se presenta a la entrevista de trabajo, donde es seleccionado, entre los muchos aspirantes que se presentan, por Sonia Kleber, la bella y arrogante hija del director del Circo, para que se encargue de la alimentación de las criaturas, y de la limpieza de su carromato personal. Como deja muy claro el agente Curtis, son increíbles las espantosas labores que debe realizar un agente de la SIP. ¡No sólo ponen en riesgo sus vidas, sino que tienen que rebajarse a limpiar!

Además de tener que soportar las órdenes personales de la Srta. Kleber, Curtis recibe de Tom Ferguson, el domador de las 8 criaturas del circo, las correspondientes instrucciones para su mantenimiento. Unas criaturas que requieren cada una de ellas unos particulares cuidados, especialmente en lo que respecta a su alimentación, vegetariana en unos casos, carnívora en otras, y simplemente extraña para el resto.

Al día siguiente, tiene lugar la primera representación del espectacular circo espacial, a la que acude el propio Donald Callowan en compañía de otro agente de la SIP. Allí se presentan al público los principales responsables del  espectáculo: Martin Kleber, director del circo; Fred Cunnigan, el cazador que capturó a todas las criaturas; el ya mencionado Tom Ferguson, domador de las mismas; y la propia Sonia Kleber, que se encarga de la presentación de uno de los números.

La representación muestra al público asistente las especiales habilidades de cada una de las 8 criaturas exhibidas, poniendo en pie a todos los espectadores de tan asombroso espectáculo, con la excepción de Donald Callowan, que entiende el grave peligro que puede suponer la existencia del circo espacial.

Nadie sospecha que esta representación será el principio de una serie de escalofriantes asesinatos sin aparente explicación.

No sé si será casualidad que entre los personajes de este primer título de la SIP se encuentren DONALD Callowan y Lam CURTIS, o se trata de un guiño de Enrique Sánchez Pascual al que pronto sería su compañero de fatigas en la colección, Juan Gallardo Muñoz, más conocido en aquel momento como Donald Curtis.

Por otro lado, el falso nombre con el que entra a trabajar en el circo el agente Curtis     -John Caster-, parece un claro homenaje a John Carter, el maravilloso personaje de la serie marciana de Edgard Rice Burroughs. De hecho, durante el libro, supongo que por error de imprenta, se emplea en muchas ocasiones directamente el nombre de John Carter.

También me he planteado si los personajes de Martin y Sonia Kleber no serán un arriegado homenaje del autor a Manfred Zalmánovich Stern, un conocido militante comunista que adoptó en las brigadas internacionales el sobrenombre de Emilio Kleber, llegando a ser conocido como “el salvador de Madrid” por su importante papel en la batalla de la ciudad universitaria, decisiva en la defensa de la capital durante la guerra civil española. Hay que recordar que Enrique Sánchez Pascual militó en el bando republicano durante el conflicto, motivo por el que tuvo que exiliarse posteriormente a Francia, aunque desconozco si pudo conocer personalmente a Kleber, que por otro lado se convirtió en un símbolo propagandístico para los partidarios de la República.

Como siempre que leo ciencia ficción en este tipo de libros, me gusta analizar la visión del futuro que tienen los autores, especialmente en los aspectos sociales.

No parece a finales del siglo XXI, el futuro en el que se sitúa la acción de la S.I.P., hayan cambiado mucho las cosas respecto a principios de los años 60, cuando fue escrita la colección.

El papel de la mujer sigue siendo el de un florero sometido a los designios de los hombres, y aunque el personaje de Sonia Kleber –única mujer con un papel destacable en la trama- posee en apariencia un fuerte carácter indomable, a la hora de la verdad cumple con el papel de hembra obediente cuya máxima aspiración en la vida es el matrimonio, tal y como se espera en esta clase de obras.

Respecto al tema del racismo, los negros son ciudadanos de segunda clase cuya máxima aspiración es lograr un trabajo de sirviente o aquellos cuyas tareas no requieran un especial esfuerzo intelectual. Para que os hagáis a la idea, hay un personaje en la novela llamado Minie, que es la sirvienta negra de la familia Kleber, y que como mandan los cánones llama “amita” a Sonia Kleber.

Otro personaje de color es Lewis, un asustadizo trabajador que ayuda a Lam Curtis en las labores de mantenimiento del circo, y que no destaca precisamente por su coeficiente intelectual. Cada vez que el autor alude a este personaje se refiere a él simplemente como “el negro”. Habrá quien se escandalice con estos contenidos, o incluso quien piense que habría que censurar estos pasajes en caso de una hipotética reedición de estas obras, pero no debemos olvidar que no dejan de ser el fiel reflejo de otra época. Si nos ponemos a tachar, a ver cuantas obras clásicas de la literatura universal resisten el paso del tiempo.

NuevoDocumento 2017-07-07_1Título: EL FIN DE LA S.I.P

Autor: JOHNY GARLAND

Colección S.I.P Nº 81 Editorial Toray

Portada: Ayné

1ª edición: 1962

El afamado Juan Gallardo Muñoz fue el encargado de echar el cierre a la colección de la S.I.P, escribiendo los 6 últimos números de la misma, incluyendo esta novela –la última-  cuyo  título no puede ser más apropiado: el fin de la S.I.P.

La historia empieza con un preludio donde un derrotado Donald Callowan se lamenta porque la S.I.P ha sido disuelta como consecuencia de una conspiración perpretada con precisión milimétrica por el crimen organizado, que ha vencido en la guerra que mantenía con las fuerzas del orden. No sólo se ha ordenado la disolución de la S.I.P, sino que además los pocos agentes que quedan en activo son perseguidos por la justicia internacional, viéndose obligados a ocultarse tras identidades falsas.

A partir de este momento la novela narra cómo se ha llegado a esta desastrosa situación. Todo comienza cuando la S.I.P comienza a investigar el misterioso robo de un artefacto llamado la “Supermachine” y  la desaparición de su inventor, el brillante profesor Silas Caldwell. Para tan compleja misión resulta elegido uno de los mejores agentes de la organización,  Larry Karvis, que es enviado a Australia para encontrar las claves del caso.

La SIP está especialmente preocupada por la desaparición de la mencionada máquina, pues se dice que es capaz de ejercer un completo dominio sobre la naturaleza humana, tanto sobre la mente como sobre el cuerpo, lo que podría dar un poder casi absoluto a su poseedor.

Con este preocupante panorama Karvis inicia su investigación en el Kangaroo, un lujoso night club de Melbourne regentado por un siniestro personaje llamado Snake, último lugar en el que fue visto el profesor Caldwell antes de su desaparición, acompañado de una bella joven.

Intentado localizar a la misteriosa mujer que acompañaba al profesor, Larry conoce a Agnes Kahr, una cándida joven que por tristes circunstancias de la vida se ve obligada a trabajar como chica de compañía en el Kangaroo y que se convierte de inmediato en el mejor aliado del agente Karvis, sin sospechar que los eventos que acompañan a la investigación provocarán el fin de la S.I.P.

¿O no?

Una novela con escenas dignas del pulp más delirante, como la pelea con cuchillos eléctricos, o el asesinato de un testigo crucial, que muere atravesado con ¡un dardo de oro!. Goldfinger anda suelto en el futuro.

La trama podría perfectamente haberse desarrollado en Chicago en los años 30, pues no deja de ser una historia de las fuerzas del orden contra la mafia, lo que obliga a Juan Gallardo a introducir un montón de detalles que nos permiten situarnos en el futuro imaginado por el autor: las ejecuciones de presos se llevan a cabo en cámaras electrónicas; la existencia de “telecards”, que vendría a ser como un fax; los turbomóviles, unos vehículos  que funcionan con turbinas de retropropulsión; pistolas magnéticas…..

La tecnología puede haber cambiado mucho en el futuro, pero nuevamente los aspectos sociales parecen haberse estancado en lo referente al papel de la mujer, y como muestra, esta conversación que se desarrolla en el primer encuentro que mantienen Larry Karvis y Agnes Kahr en el Kangaroo:

– Lo único penoso es que perdiste a tus padres, Agnes, pero sé que este no es el final para una chica como tú. Hay otras metas mejores.

-¿Por ejemplo?

– Casarte.

– No digas tonterías. Una chica de club nocturno rara vez se casa.

Parece ser que en el futuro, el único destino decente de cualquier mujer sigue siendo contraer matrimonio. Y yo os pregunto:

¿Estarán las mujeres de hoy en día de acuerdo con este futuro?

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LA INVASIÓN DE LOS HIELOS

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LA INVASIÓN DE LOS HIELOS

AUTOR: H.S.THELS

COLECCIÓN ESPACIO MUNDO FUTURO Nº 3. EDITORIAL TORAY.

1ª EDICIÓN 1954

PORTADA: CHA´BRIL

Al igual que el asesino siempre regresa a la escena del crimen, este blog acaba reincidiendo con unos cuantos autores que considero indispensables, y entre éstos ocupa un lugar muy especial –al menos para mí- Enrique Sánchez Pascual, en esta ocasión bajo el disfraz de H. S. Thels, uno más de sus múltiples seudónimos.

Nos encontramos con una de las primeras (casi me atrevería a decir que la primera) obras del autor en la novela popular, mundo en el que se convirtió con el tiempo en uno de los más prolíficos autores que ha dado nuestro país.

En el lejano futuro de 1980, el teniente de las fuerzas estadounidenses Gerald Ryde se encuentra desde hace 6 meses  en una misión de vigilancia en la isla de Okushirish, perteneciente a Japón, país que sigue  bajo el mando norteamericano desde que finalizara la guerra en 1945.

Su misión: observar y anotar el avistamiento de cualquier barco o avión que se aproxime a las costas japonesas, en previsión de posibles ataques enemigos, gracias a la ayuda del tele-radar, un impresionante invento que permite visualizar objetos que se encuentran a gran distancia.

El 11 de Septiembre de 1980 (sí, sí, el 11 de Septiembre) el teniente recibe el aviso de que 7 aviones de combate soviéticos de última generación se aproximan a las costas japonesas, sin lugar a dudas con oscuras intenciones, lo que desata un incidente que termina al derribar los cazas atómicos de defensa americanos esta expedición rusa, dando inicio a una escalada de mutuos reproches diplomáticos que parecen conducir inevitablemente a la Tercera Guerra Mundial.

En contestación al derribo de sus aeronaves, la Unión Soviética consigue que en las radios y televisiones americanas se oiga constantemente música caucásica. Imaginad si llega a haber sido la guerra contra España: todo el día oyendo a Juanito Valderrama o al Fary. El S.S.U.S.A., la secreta organización que ha sustituido las funciones antaño asumidas por la C.I.A. o el F.B.I., encarga una delicada misión a Leo Taylor, su mejor agente: deberá desplazarse al mismo Moscú para averiguar las intenciones del enemigo.

Mientras tanto, el Estado Mayor  soviético, al mando del dictador Ivanossow -un émulo de

hielo

La Operación Blancura

Stalin, que no es más que la marioneta de un personaje mucho más siniestro-, ha tomado la decisión de declarar la guerra al decadente Occidente, poniendo en marcha la secreta “Operación Blancura” (¿patrocinaría la novela Ariel?), lanzando sobre Groenlandia bombas de fosforohidrogenol, un explosivo cuya capacidad destructiva supera con creces al de las bombas de Hidrógeno.

El jefe del Servicio Civil de Meteorología de Bélgica, Victor Martin, alerta a las autoridades norteamericanas de la inminente presencia en Europa de una borrasca como el mundo no ha visto nunca. Sus predicciones se ven pronto confirmadas por las autoridades europeas, que informan de que miles de enormes icebergs navegan por el Atlántico  en dirección a las costas de Europa, lo que provoca una descomunal bajada de las temperaturas en todo el continente, con consecuencias del todo imprevisibles. La invasión de los hielos ha comenzado.

Pasados unos meses, Europa se encuentra totalmente cubierto de hielo, obligando a los pocos supervivientes del continente a emigrar a África, y lo más extraño de todo es que la helada invasión sigue desplazándose, en contra de todo principio científico, en dirección a los Estados Unidos, como si los icebergs estuvieran teledirigidos.

Y os estaréis preguntando: ¿No es un poco absurdo por parte de la U.R.S.S. provocar una nueva glaciación cuando tu propio pueblo va  a sucumbir bajo el hielo?. Tranquilos, porque con independencia de que las motivaciones de los malvados no siempre siguen la lógica normal del buen cristiano occidental, en este caso los pérfidos soviéticos lo tienen todo pensado, gracias a sus malignos científicos, que han inventado unos rayos térmicos que permiten recuperar el terreno helado.

Como era imperativo en los años en que se escribió esta novela, en plena ebullición de la propaganda anticomunista, la visión que se ofrecía de la Unión Soviética no podía ser más siniestra, hasta el punto de que no sólo el comunismo era malo, sino que sus dirigentes eran poco menos que demonios:

Los hombres de ciencia rusos, sometidos a una tiranía sin igual que les había convertido en esclavos de una investigación dedicada a satisfacer los deseos de sus gobernantes, trabajaban en condiciones especiales que habrían de conducirles por fuerza al prematuro descubrimiento de planes orientados solamente hacia el mal”.

He de reconocer que me resulta muy gracioso leer este tipo de improperios contra los tiranos de otros países, cuando España se encontraba en plena dictadura de Franco. La línea que separa al tirano del salvador siempre ha sido muy delgada.

A todo esto, el protagonista de la novela, Leo Taylor, ha sido capturado por las autoridades soviéticas, y abandonado a un destino peor que la muerte en la helada Groenlandia, sin sospechar que la voluntad de hierro de un buen americano puede sobreponerse a cualquier adversidad con tal de proteger a las gentes de bien.

Con mi habitual gusto por comparar ficción con historia, y dada la especial relevancia del escritor, un verdadero experto en la Segunda Guerra Mundial (no olvidemos que escribió unas cuantas novelas de mayor longitud de las habituales de género bélico con el seudónimo de Karl Von Vereiter), varios puntos me han resultado especialmente destacables en la novela:

  • En la novela Japón continúa en 1980 bajo la supervisión de los Estados Unidos. En la realidad la ocupación americana de Japón finalizó de forma efectiva en 1952, tras la firma del Tratado de San Francisco el 8 de Septiembre de 1951, pero continuó durante años con una fuerte presencia militar en el país, consecuencia del pacto de Seguridad firmado entre ambos países. Japón tras la guerra era una presa fácil para otras potencias como China, que sufrió durante la II Guerra Mundial la sangrienta invasión japonesa; la U.R.S.S., con la que mantenía distintos contenciosos como la soberanía de las islas Kuriles; o incluso la India, que durante la II Guerra Mundial también luchó contra Japón en el frente asiático.
  • El mundo continúa en 1980 en plena Guerra Fría, con el mundo dividido entre el bloque Occidental y el Oriental. Lógicamente en el año en que se escribió la novela, el Telón de Acero estaba en su máximo apogeo, y no se podía prever por aquel entonces que tan sólo 10 años después del momento en que se desarrollan los hechos se produciría el fin de la U.R.S.S., primero en 1989 con la caída del muro de Berlín, y posteriormente en 1990 y 1991 al conseguir la independencia 15 de las Repúblicas que la componían.
  • La invasión de los hielos, el sistema empleado por los soviéticos en la novela para la conquista del mundo, puede no estar lamentablemente tan alejada de lo que está ocurriendo realmente en la actualidad con el cambio climático provocado por la mano del hombre. Groenlandia, cubierta en un 80% de su superficie por hielo, con un espesor que puede alcanzar los 3 kilómetros, no ha sido bombardeada con Fosforohidrogenol, pero la realidad es que el aumento de temperaturas en el planeta está provocando un alarmante descenso en su volumen de hielo, con unas consecuencias que tan sólo estamos empezando a entender en la actualidad. Tal vez no hagan falta malvados soviéticos, desalmados asiáticos o invasores extraterrestres para acabar con el planeta, y nos baste con mantener el actual ritmo de vida para conseguirlo sin ayuda de nadie.
  • Curiosa la fecha del ataque aéreo soviético que desata el conflicto mundial: el 11 de Septiembre, fecha que permanecerá para siempre en la historia por otro ataque aéreo contra Estados Unidos que por desgracia fue muy real, y que probablemente cambió el mundo.

Como resumen de esta reseña, que una vez más se ha desviado totalmente del tema original, sin ser una de las grandes obras de Enrique Sánchez Pascual, el autor siempre es una garantía de entretenimiento, y aunque todavía tenía un largo camino por delante para depurar su narrativa, nos encontramos con una de esas novelas que consiguen que te sientas orgulloso de ser un buen occidental, y que fomentan que se formen largas colas en las oficinas de reclutamiento de las Fuerzas Armadas (Por supuesto estoy de broma, es sólo para  transmitir el tono de la novela, que no puede ser más retro).

A disfrutar de la obra del gran Enrique Sánchez Pascual.

LA ASTRONAVE FANTASMA

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¿Quién es Chá Bril?

TÍTULO: LA ASTRONAVE FANTASMA

AUTOR: LAW SPACE

COLECCIÓN ESPACIO MUNDO FUTURO Nº 42 . EDITORIAL TORAY

1ª EDICIÓN 1.955

PORTADA: CHA´ BRIL

Vuelvo a la mítica colección de ciencia ficción Espacio Mundo Futuro de Toray, y a uno de sus escritores más representativos, Law Space (Enrique Sánchez Pascual), a quien ya dediqué una reseña que incluía los correspondientes datos biográficos. Un autor que ya aviso será habitual en este blog, pues considero que es de esos escritores que merecen un homenaje desde ya mismo.

Con otra maravillosa portada del enigmático Chá Bril, ilustrador del que no he logrado información alguna, se inicia una de esas novelas que dejan huella en el nostálgico lector de la generación de la Mirinda.

Nos encontramos en París en el año 2.035, con todos los noticiarios hablando de un platillo volante que ha caído en los alrededores de la capital francesa, hecho éste que sorprende a Pierre Delahaye, dueño de la importante cadena de Almacenes «Prixunic», y a su bella y joven hija Christiane en un monumental atasco para entrar a la ciudad.

En una alocada maniobra de Christiane, con la intención de salvar el atasco, decide seguir a un coche de policía que avanza entre el tumulto con las sirenas en marcha, lo que les conduce hasta el lugar donde se ha estrellado el mencionado platillo volante, y a conocer al joven y guapo inspector de policía Louis Pamelon.

Como suele pasar en estos casos, el inspector Pamelon queda completamente prendado de Christiane, prometida en matrimonio con un joven físico llamado Edmond Flevier, y para impresionar a la curiosa joven a la que le hace prometer guardar silencio, le lleva al día siguiente al Instituto Antropológico, con el fin de enseñarle los cuerpos de dos alienígenas que secretamente han sido recuperados del Ovni siniestrado y a los que se les va a practicar una autopsia.

Con la complicidad del oficial Levon que les permite pasar a la morgue, nuestros protagonistas son testigos de excepción del primer contacto con una raza extraterrestre: unos extraños y terroríficos seres que tienen cuerpo humano, pero una cara en la que destaca un único ojo, y dos afilados colmillos que asoman por sus labios. (Parece que Chá Bril se leyó la novela, pues la portada se ajusta muy bien a la descripción).

Mientras tanto, científicos de la Sorbona han estudiado por su cuenta a estos seres, descubriendo que en realidad son humanos a los que han operado para dejarles un único ojo, y a los que han implantado los dos colmillos, que resultan ser un emisor y un receptor de radio.

A estos increíbles sucesos se suman una serie de hechos inexplicables sin aparente relación con la llegada del platillo volante: ha desaparecido la instalación atómica más importante de Francia, con su correspondiente pila y sus depósitos de uranio y plutonio; y más raro aún, ha desaparecido también una residencia femenina de Nantes con las doscientas jóvenes estudiantes que se encontraban allí en ese momento de vacaciones. Ambos edificios evaporados de la faz de la Tierra sin dejar rastro.

El comisario Renard, mente privilegiada de la Gendarmería Parisina, tiene la teoría de que los tres sucesos están relacionados, basándose en que del ovni estrellado se recuperaron dos cadáveres, pero en el interior de la nave había tres literas, lo que le hace suponer que un “extraterrestre” anda suelto.

¿De donde viene el platillo volante? ¿Por qué se ha estrellado?¿Cómo y por qué se están produciendo las misteriosas desapariciones de edificios y personas?.

Referencias a H.G. Wells, Julio Verne, Sherlock Holmes, Edgard Wallace, Peter Cheney…. Cualquiera que haya leído a a Enrique Sánchez Pascual sabrá que nos encontramos con uno de esos autores de amplia cultura literaria y cinematográfica que suele plasmarse en sus libros, en los que habitualmente también se refleja un fino sentido del humor, como por ejemplo este diálogo entre dos mujeres al respecto de los posibles tripulantes del Ovni estrellado:

“me ha dicho mi vecino que han llegado de Marte y que están dentro del «platillo» redactando un memorándum para nuestro Gobierno. Según parece, no tienen mujeres en su planeta y vienen a comprarlas aquí. ¡Fíjese qué emocionante, como en los tiempos de las esclavas!”

“— ¡Tiene usted razón! Es muy emocionante. ¡Imagínese, hombres con diez brazos!”

O también este diálogo entre Pamelon y Christiane:

“Espéreme ahí, en su casa. Tardaré cinco minu­tos en llegar…

— Y esperará veinte… ¿o es que se ha olvidado de lo que tarda una mujer en arreglarse?”

La novela cuenta con elementos que derrochan imaginación, como por ejemplo pastillas que aportan  alimento para un año entero, o ultrascopios que permiten “ver” la forma de objetos que ya no se encuentra pesentes, por poner sólo dos ejemplos.

Inocencia, fantasía, giros argumentales e intriga a raudales. ¿Se puede pedir más?

TODOS NO SOMOS HORMIGAS: DESCUBRIENDO A LAW SPACE

Título: TODOS NO SOMOS HORMIGAS

Autor: LAW SPACE

Colección Héroes del Espacio Nº 27. Editorial Ceres

Portada: Agencia Norma

1ª edición: Octubre 1.980

heroes espacio 27Todo el mundo esperaría que para  la primera reseña de un autor tan importante como éste se empezara por alguno de los muchos títulos que escribió en la colección Espacio Toray, pero supongo que el que lea este blog se habrá acostumbrado al caos que reina habitualmente. El motivo de la elección no ha sido otro que demostrar que el autor tiene un nivel muy alto, y que la  lectura de cualquiera de sus libros es una garantía casi segura de que nadie va a salir defraudado. Por otro lado, tengo reservada una reseña de la colección Espacio Toray para uno de esos autores poco habituales de los que me gusta recordar.

Enrique Sánchez Pascual (1.918-1.996) es la verdadera identidad de, entre otros muchos seudónimos,  Law Space,  Alan Star, Alan Comet, W. Sampas, H. S. Thels, E. L. Retamosa, Harry Cowerland, Karl Von Vereitter y Alex Simmons. Fue uno de los más destacados y prolíficos escritores de novela popular de la época, con más de 800 títulos, y guionista de cómics, especialmente del género bélico para diferentes publicaciones de Toray.

Nació en Madrid, en Agosto de 1918, donde más tarde comenzó sus estudios de medicina, que se vieron truncados por el inicio de la Guerra Civil. Su condición de combatiente en el bando republicano le obligó a exiliarse de España al finalizar la guerra, encontrando refugio en Francia, donde pasó una época en el campo de concentración de Argèles, y donde posteriormente conoció y se casó con Angeles Abulí, con la que tuvo cinco hijos, entre ellos Enrique Sánchez Abulí, reconocido guionista de cómics, célebre entre otras cosas por ser el creador del personaje  “Torpedo”. A él dedica por cierto la siguiente dedicatoria en su novela  «El fin del mundo«, nº 170 de la colección Espacio El Mundo Futuro de Toray: «A mi hijo, Richard S. Abuly, que sueña construir máquinas como el 1-8888″.

Su regreso a España le supuso tener que cumplir condena en la cárcel de Figueras, de donde

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Enrique Sánchez Pascual

salió en plena posguerra para trabajar como representante de unos laboratorios farmaceúticos, donde parece ser que como afición escribía irónicas poesías destinadas al colectivo de los médicos. De todas formas ese trabajo no debía llenarle especialmente, pues al poco tiempo se dejó convencer por un amigo escritor –gracias desde aquí, amigo desconocido- que le animó para dedicarse de lleno a la literatura, que en aquellos años experimentó una auténtica explosión en su vertiente popular.

En todas las fuentes que he podido consultar consta que empezó a trabajar para Bruguera, motivo por el que se trasladó a vivir a Barcelona con su familia. La realidad es que no he encontrado ninguna publicación del escritor en Bruguera anterior a su etapa en Toray, rival de Bruguera en la época, y en la que publicó una gran parte de su ingente obra.

La biografía de Enrique Sánchez Pascual es muy parecida a la de otros célebres autores de literatura popular, como Marcial Lafuente Estefanía, Alfonso Arizmendi (Alf Regardie) o Fernando Ferraz Fayos (Profesor Hasley) entre otros; todos ellos combatientes del lado republicano en la guerra civil, que se vieron obligados a exiliarse de España y que al regresar se dedicaron a alimentar las ansias de entretenimiento de las masas con sus historias.

En 1955 fundó la editorial “Mando”, donde inició su aventura editorial más personal  con la alan-comet-mandocolección Robot, que constó tan sólo de 15 títulos, todos ellos escritos por el escritor con el seudónimo de Alan Comet.

Como muchos otros escritores de la novela popular, la capacidad de trabajo del autor resulta hoy en día sobrehumana. Según su hijo Enrique, escribía una novela por semana, a veces más, y guiones para cómics de más de doscientas viñetas le duraban una mañana.

Tras conocer a un editor francés, empezó en los años 70 a escribir en este idioma novelas de temática bélica, labor que desempeñó durante varios años y que le convirtió en un especialista de la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente esas novelas fueron en gran parte traducidas al español por su propio hijo Enrique, que en aquellosaños se había trasladado a vivir a Francia.

El escritor incluso llegó a publicar en Estados Unidos, bajo el seudónimo de Roger S. Moore, libros tales COMO MARYLIN MONROE: SU VIDA, SUS AMORES Y SU MUERTE, obra que abordó desde el enfoque del psicoanálisis, disciplina por la que el escritor sentía gran interés, como demuestra el hecho de que era miembro del “Groupe freudien de Psychanalyse existentielle” en Francia.

En un momento dado colaboró con el malogrado Félix Rodríguez de la Fuente, escribiendo guiones de una revista dirigida por éste (“Félix, el amigo de los animales”). Ganó varios premios de literatura y poesía, algunos tan prestigiosos como el de La Felguera, en 1984, con el relato corto EL HOMBRE Y EL TORO; el Félix Urabayen de novela corta (integrado en los premios Ciudad de Toledo), en 1987, con LOS VERDUGOS, o el Ateneo Ciudad de Valladolid, en 1990, con la novela corta LA GARRAPATA.

A partir de 1970 dirigió la agencia de cómic “Comundi”.

Me gustaría reproducir un fragmento de una entrevista realizada a Enrique Sánchez Abulí, hijo del escritor, hablando de su padre:

Siempre digo que antes de ser guionista fui mecanógrafo de mi padre con esas máquinas antiguas tan duras que no tienen nada que ver con los ordenadores de ahora. Después tuve una máquina eléctrica, pero al comienzo tenía esas máquinas de escribir con las teclas tan duras. Cuando mi padre se dio cuenta de que escribía tan deprisa, empezó a dictarme las novelas. Las grababa en un magnetofón que funcionaba con un pedal. Yo me acostumbraba a escribir cada vez más rápido, y me hacia 30 o 40 folios al día porque mi padre era un mercenario de la escritura, y estaba obligado a escribir constantemente para ganarse la vida. Escribía con varios pseudónimos una novelita cada semana, esos bolsilibros que costaban 5 pesetas en los años 50. Su pseudónimo más conocido era Alex Simmons. Escribía lo que le pidieras, era un todoterreno: ciencia ficción, Oeste, guerra… y tenía que escribir 3 o 4 novelitas al mes para vivir sin grandes lujos. Pero en un momento dado de su vida, cuando dejó de escribir deprisa y se tomó más tiempo, escribió novelas, cuentos y poesías memorable, y hasta ganó premios.”

Falleció el autor el 11 de marzo de 1996, a los 77 años de edad, en Sant Pere de Ribes, localidad próxima a Sitges, dejando un enorme legado a unos lectores que en su mayor parte  han olvidado una vez más injustamente a un escritor que merece ser reivindicado.

Gran parte de los datos biográficos los he obtenido de la imprescindible página web de Juan Carlos Canalda dedicada a la ciencia ficción, un hombre al que también hay mucho que agradecer por la difusión que ha dado a la literatura popular. http://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op00696.htm

Es tan descomunal la obra de Enrique Sánchez Pascual, que es imposible resumirla decentemente en una reseña. Recomiendo visitar http://vereiter.free.fr/ , magnífica página web realizada por su hijo Enrique, donde se detalla su obra por géneros, aunque de forma incompleta, y con algún error en los seudónimos empleados por el autor (se le atribuyen por ejemplo Marcus Sidereo, o Herman Tellgon).

En el género policiaco, además del nº 30 de la colección Scotland Yard, de la editorial Alhambra, firmada por Lewis Haroc y Alex Simmons, el autor escribió cinco novelas para la colección Brigada Secreta de Toray, siempre con el seudónimo de Alex Simmons

En terror, género en el que apenas se prodigó, publicó dos novelas en la colección HORROR, “Estudios en terror sostenido” y “Los poderes de la noche”, ambos con el seudónimo de Karl Von Vereitter.

karl-von-vereitterDicho seudónimo de Karl Von Vereitter fue el que empleó en la escritura de ensayos históricos “serios” (La deportación, Historia de la II Guerra Mundia, Dunkerque, y muchos otros) y en novela bélica de mayor calado, mientras que para los bolsilibros de género bélico solía emplear el alias de Alex Simmons, con el que publicó infinidad de novelas en las colecciones Hazañas Bélicas, Relatos de Guerra y zona de combate de Toray, y en Metralla de ECSA.

Como Karl Von Vereitter destacan diversos títulos como “La noche de los cuchillos largos”, “La marcha de los vencidos”, “Las diabólicas de Hitler”, “Yo fui médico del diablo”, y especialmente “Salón Kitty, burdel del SS”, que no tiene nada que ver con la película, fruto de la adaptación de una novela del mismo título de Peter Norden. Las novelas de Karl Von Vereitter compitieros en su momento en ventas con el mismísimo Sven Hassel, y yo personalmente, que he leído muchas obras de ambos autores, opino que están mejor escritas las novelas del primero, y durante años estuve convencido de que el escritor era un sofisticado oficial nazi que narraba sus propias experiencias, sin sospechar en ningún momento que detrás de un nombre tan alemán se ocultaba un madrileño de a pie.

Al género del Oeste se incorporó tarde, y con poca profusión, primero en los 70 en la colección Apache, de la editorial Iberoamericanas, con los seudónimos de Alex Simmons y E.L. Retamosa; y posteriormente, a finales de los 80 y principios de los 90, en la editorial Astri, en los últimos coletazos del bolsilibro, con el seudónimos de E.L Retamosa.

Sin lugar a dudas donde más destacó el escritor fue en la Ciencia Ficción, género en el que para mi estaría cuanto menos mismo nivel que G.H. White, A. Thorkent, Curtis Garland, o Clark Carrados, tanto por el volumen descomunal de su obra, como –sobre todo-, por la calidad media de la misma, para mi siempre por encima de lo normal.

Sin desmerecer las obras del autor publicadas en Bruguera y Ceres, en mi opinión su mejor h_-s_-thels-y-law-space-005-la-rebeli_n-de-los-_tomosobra la encontramos en las distintas colecciones de Toray, especialmente en la mítica Espacio Toray, donde publicó 110 novelas (la quinta parte del total), y en la maravillosa SIP Spacial Police, donde escribió 61 sobre un total de 81.

Y no, no me he olvidado de la reseña de la novela “Todos no somos hormigas”:

La humanidad, tras múltiples expediciones espaciales, se ha convencido de que no existen planetas habitables dentro del Sistema Solar, por lo que la recién creada Gran Federación Universal ha decidido centrar sus esfuerzos en racionalizar los recursos de la propia Tierra. No obstante, gracias a la intervención del extraño profesor Irakué, que emplea una habilidad ancestral denominada Ngnu, el resto de mandatarios de la Tierra son convencidos para enviar una última misión, a pesar del convencimiento generalizado de que no servirá de nada. De este modo, la nave espacial M-888 es enviada a los confines del sistema solar con la intención de probar unos nuevos motores que llevarían a la raza humana más lejos de lo que nunca hubiera soñado, con una tripulación elegida cuidadosamente para soportar un viaje de más de diez años de duración compuesta por 5 parejas (mujer/hombre) de distintas nacionalidades: americanos, franceses, chinos, rusos y  una pareja de raza negra en representación de las naciones africanas (sí, ya sé que falta una pareja de lepe para que parezca un chiste, pero la cosa es seria).

El caso es que una vez que se alcanzan los límites del sistema solar y ha llegado el momento de probar los motores que les permitan alcanzar otro sistema solar, los tripulantes descubren que todas las parejas salvo los representantes de Africa tienen órdenes de sus respectivos mandatarios de no concluir la misión, motivo por el que deciden matar a Durah, el hombre negro, cortando el aire de la cámara donde se encuentra en esos momentos. Imelia, una diosa de ébano, desolada pareja del fallecido, no sospecha de la traición, hasta que milagrosamente, la voz de su pareja muerta le descubre toda la verdad, y le ruega que debe hacer todo lo posible para  finalizar la misión de la nave, lanzándola fuera del sistema solar. Nuevamente mediante la misteriosa habilidad llamada Ngnu, duerme al resto de la tripulación, poniendo en marcha los nuevos motores que mandan a la nave a un destino desconocido a la velocidad de 100.000 km por segundo.

Ya de regreso a la Tierra la misión, los tripulantes descubren que mientras que para ellos han transcurrido unos pocos años, en la Tierra han pasado más de 200 años, habiéndose producido unos cambios en la estructura social que nunca podrían haber imaginado.

Sorprendente novela, que podría definirse como una adaptación de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley a la novela popular, pero introduciendo gran número de elementos que a mi personalmente me han resultado muy interesantes: la tensión sexual que se crea en la nave M-888 al resultar Imelia la única mujer sin pareja, con años de viaje por delante; la extraña participación del profesor Irakué y el misterioso Ngnu para lograr a toda costa el envío de una última misión espacial; la aparición desde el más allá de Durah indicando a Imelia lo que debe hacer…..y por supuesto, los cambios que ha experimentado La Tierra cuando regresa la misión enviada 200 años atrás.

Como curiosidad de la novela, uno de los personajes (el varón americano) se llama Alan Percival, en homenaje a Percival Lowell (al que se menciona de pasada en la novela), un astrónomo aficionado que en 1.919 adelantó mediante cálculos matemáticos la existencia de un “planeta X” en el lugar exacto donde en 1.930 fue descubierto Plutón, y que durante toda su vida defendió efusivamente la existencia de canales en Marte como construcciones realizadas por otra forma de vida extraterrestre.

Muy recomendable novela de otro enorme escritor, del que estoy seguro que haré más reseñas, pues es uno de mis favoritos, tanto por su más que destacable calidad literaria como por ser uno de esos autores a los que se les nota que les gustaba lo que hacían, y eso, al final, se refleja en toda su obra.