TENEMOS QUE HABLAR DE MORTIMER

Francisco Vera Ramírez -Retrato de Prieto Muriana-

Vaya por delante que soy consciente de que poca cosa nueva voy a descubrir respecto al autor que se encuentra detrás del seudónimo de Mortimer Cody, que no es otro que Francisco Vera Ramírez, hermano del célebre Antonio Vera Ramírez, más conocido en el mundo de la literatura popular como Lou Carrigan.

El título de este artículo viene al caso porque resulta extraño que con la cantidad de información existente sobre Lou Carrigan/Antonio Vera Ramírez, de su hermano Francisco apenas pueden encontrarse datos biográficos o información sobre su notable obra, lo que hace que sea sin lugar a dudas uno de los escritores más infravalorados de todos los que pasaron por los quioscos. Su volumen de producción y –sobre todo- su calidad, hacen que desde mi punto de vista merezca un mayor reconocimiento por parte del público.

Los hermanos Vera. A la Izquierda, Francisco

Es por tanto este artículo un pequeño homenaje al autor, y también un intento de lograr que alguien contacte conmigo para aportar algo más de luz sobre Francisco Vera, del que poca cosa puedo decir a título personal.

Francisco Vera Ramírez nació en Barcelona el 8-02-1936, y falleció el 13-06-2019 en Banyoles, Girona, a los 83 años de edad.

Al igual que su hermano, trabajó como escritor a destajo, con la diferencia de que la práctica totalidad de su carrera se desarrolló en la editorial Rollán (con alguna que otra pequeña incursión en Ferma y en editorial Valenciana, y una etapa final en Andina), para la que publicó novelas de todo tipo de géneros (Oeste, Policiaca, Terror, bélica…). Curiosamente no tengo constancia de que tuviera participación alguna dentro de la novela romántica, o yo al menos no tengo constancia de ello.

La realidad es que en apariencia, por lo que he podido leer de él, da la sensación de que Francisco Vera se sentía especialmente cómodo en dos géneros en los que destacó de forma clara: el western y la novela policiaca, y buena prueba de ello es que formó parte del selecto club de autores de Rollán que participaron en sus dos colecciones estrella: Western Club y Murder Club, ambas con un formato alejado del de los bolsilibros clásicos, tanto en tamaño como en número de páginas.

Sí he observado que en muchas de sus novelas policiacas aparecen como parte fundamental de las tramas elementos de carácter económico que resultan ser decisivos en la resolución de la historia (falsificación de moneda, contabilidades trucadas, fraudes fiscales, y sobre todo procedimientos bancarios), algo lógico si tenemos en cuenta la formación académica del autor, que recordemos estaba ligado laboralmente a la banca.

Su incursión en la ciencia ficción se limita a un único título, “Silencio para un muerto”, publicado en 1962 en la colección Luchadores del Espacio, de Editorial Valenciana.  Debo decir que he leído la novela, y se nota perfectamente que la ciencia ficción no era el género favorito del autor, hasta el punto que no volvió a adentrarse en él. Para mayor información sobre esta novela recomiendo pasarse por Universo Bolsilibro, el magnífico blog de Carlos Díaz Maroto, donde siempre podréis encontrar interesantes reseñas.

https://universobolsilibro900177163.wordpress.com/2016/06/15/silencio-para-un-muerto-de-mortimer-cody/

El hecho de que Francisco no participara en ninguna de las colecciones populares de Bruguera es probablemente la causa de que sea prácticamente un desconocido para el público actual, porque parece claro que Bruguera ha sido la editorial que ha conseguido perdurar en la memoria de los aficionados a la literatura de quiosco, mientras que el resto de editoriales –y sus autores- han ido cayendo en el más profundo olvido. Grave error.

De los dos hermanos, Antonio fue quien empezó a escribir primero, publicando su primera novela, Un hombre busca a otro hombre, en 1959 (concretamente el 19-03-1959), en la editorial Ferma. Tras dos años simultaneando la escritura y el trabajo, decidió abandonar su puesto fijo en un banco para dedicarse en exclusiva a la literatura, profesión que desde entonces afortunadamente no ha abandonado nunca.

Francisco, supongo que espoleado por el éxito que empezaba a atesorar su hermano, decide seguir sus pasos y empieza a escribir para la editorial Rollán, donde Antonio estaba ya totalmente asentado desde casi el principio de su carrera literaria, alternando inicialmente Rollán con la publicación ocasional en otras editoriales como Ferma o Editorial Valenciana. De la primera, las novelas del autor de las que tengo constancia son todas del Oeste, publicadas en la colección Salvaje Oeste, con títulos como  El peligro está en mis manos, Nadie muere dos veces, Complot criminal, Todo un tejano, o El último disparo, todas ellas publicadas entre 1960 y 1961.

Para Editorial Valenciana escribió una única novela del oeste en la colección Western llamada Marcado para morir, y otra para Luchadores del Espacio, que he comentado anteriormente, ambas en 1962.

Es de suponer que Francisco Vera Ramírez firmara poco después un contrato de exclusividad con Rollán, la editorial donde permaneció fiel hasta que ésta quebró, pues no me consta que publicara nada en otras editoriales diferentes hasta la desaparición de Rollán.

El seudónimo elegido por Francisco Vera Ramírez desde el inicio de su carrera fue el de Mortimer Cody, aunque posteriormente emplearía también el de Duncan M. Cody, aparentemente en los trabajos que el autor consideraba de mayor calado (en las colecciones Murder Club, Western Club y Los intocables principalmente). Menos conocidos son los otros seudónimos que el autor empleó en parte de su obra: Morgan Franks (en las ediciones de terror y el Oeste de la editorial Andina), Franck Morgan (en terror easa) y Frankie Spokane (seudónimo empleado únicamente en la mítica Los Intocables junto con el de Duncan M. Cody).

Desconozco el origen de estos seudónimos, y es algo que siempre llama mi atención, los motivos de la elección de un seudónimo en concreto.

La confluencia de Antonio y Francisco en la misma editorial dio lugar a una etapa en la que los hermanos Vera se convirtieron en dos de los mayores baluartes de Rollán, imagino que envueltos en una sana competencia entre ambos, de la que salieron beneficiados los lectores, pues la calidad media de ambos autores resultaba notable, siempre teniendo en cuenta el formato literario al que debían someterse sus obras.

Vuelvo a insistir que al menos para mí es difícil de entender que mientras que Lou Carrigan está considerado como uno de los mejores autores de novela popular en España, Mortimer Cody o Duncan M. Cody apenas son mencionados en los círculos dedicados a este tipo de literatura, e insisto en que estoy convencido que es por no haber participado de la época Bruguera.

Por hacernos una idea del valor cuantitativo de la obra literaria de Francisco Vera Ramírez, hay que señalar que sólo en la colección FBI   –buque insignia de la editorial Rollán- escribió 131 novelas (128 como Mortimer Cody y 3 como Duncan M. Cody), y para Agente Federal, otras 67 títulos (63 como Mortimer Cody y 4 como Duncan M. Cody).

Si además tenemos en cuenta las obras que escribió de terror (44 novelas; 36 como Mortimer Cody, 5 como Frank Morgan y 3 como Morgan Franks); en otras colecciones policiacas (Gangsters!, Los Intocables y Murder Club); del género bélico (en las colecciones Panzer División y Patrulla de Combate) y sobre todo del oeste (colecciones Oeste, Winchester, Rurales de Texas, Extra-Oeste, Cuatreros, U.S Marshall, Western Club), nos daremos cuenta de que nos encontramos con uno de esos selectos autores que sobrepasan la mágica cifra de 500 títulos, y eso tirando por lo bajo.

Tengo que recalcar que por supuesto no he sido capaz de cuantificar cuantos títulos escribió Francisco Vera del Oeste, en apariencia el género en el que más se prodigó el autor. La realización de listados de la editorial Rollán es una labor titánica, casi imposible, especialmente en las dedicadas al western, con alguna colección que sobrepasa con creces los 1.000 números.

La primera novela del autor de la que yo tengo constancia es “Alrededor del cepo” (Nº 517), publicada en 1960 en FBI.

La última novela publicada por Francisco Vera en la colección FBI fue “Secuestro en el aire” (Nº 1.218), en 1974, cuando Rollán se encontraba al borde de la quiebra. No sería esta su última obra, como veremos luego.

El hecho de que la carrera de este escritor se desarrollara en poco más de 15 años le da aún más mérito a su impresionante producción. 

No puedo confirmarlo, pero al parecer la muerte editorial de Rollán, empresa para la que Francisco trabajó más de 14 años, le hizo replantearse su futuro, y optar por un trabajo más estable, reincorporándose a la vida laboral en un banco con un salario fijo, lo que no evitó que continuara escribiendo para la editorial Easa/Andina, eso sí, a un ritmo ya muy residual comparado con su producción anterior. Para dicha editorial escribió títulos de terror y de divulgación (Biblioteca rápida Easa), pues las colecciones del Oeste y policiacas de dicha editorial eran en su práctica totalidad reediciones del fondo editorial de Rollán.

La última novela del autor de la que tengo constancia es “Conmigo al abismo”, nº 145 de easa Terror. Era el año 1978, y parece que Francisco Vera Ramírez decidió abandonar la escritura de forma definitiva, supongo que para centrarse en su familia y su trabajo fijo. En esa misma  colección se publicaron posteriormente muchas más obras del autor, pero eran todas reediciones de obras publicadas anteriormente en Rollán, práctica por otro lado muy habitual en Easa/Andina.

Su hermano, sin embargo, optó por continuar su trabajo como escritor para otras editoriales (Bruguera entre otras, editorial para la que empezó a publicar regularmente en 1974 con La muerte aguarda en Hong Kong, aunque misteriosamente ya se había publicado otra novela suya, El aire tiene huellas, en 1962 en la colección Punto Rojo), separándose de esta forma sus caminos laborales. Bien es cierto que por esas fechas Lou Carrigan era ya una figura internacional, que tenía una importante red de seguridad económica por su trabajo en Brasil para la serie de Brigitte Monfort.

Como es habitual en el blog, de complemento al artículo acompaño la reseña de una obra de las obras del autor, que seguro que no será la última. Aprovechando que recientemente he estado investigando sobre la colección Murder Club, he escogido un título de esa colección, dado que permite juzgar la calidad literaria con mayor imparcialidad.

TITULO: IGUAL QUE LOS MUERTOS.

AUTOR: DUNCAN M. CODY

Nº 23 COLECCIÓN MURDER CLUB. ROLLÁN

1ª EDICIÓN MARZO 1966

PORTADA: M. PRIETO MURANA

Merlin Belmont se encuentra en Nueva York tras haber decidido abandonar su vida como marino después de pasar un año a bordo del Fagalde III, con la intención de refugiarse en la soledad, algo que normalmente le resulta imposible por la arrolladora atracción que despierta en las mujeres.

Como os podéis imaginar, nada más llegar a su hotel recibe la llamada de Sisely Gaywood, la despampanante hijastra del Gilbert Fagalde, dueño del barco que Merlin se acaba de despedir, y con la que Merlin tuvo en su día algo más que palabras. En un fuerte estado de nervios, Sisely le suplica que se reuna con ella en el hotel Carlton, donde Merlin descubrirá muy pronto que su antiguo patrón ha sido asesinado a cuchilladas.

Sisely fue la que descubrió el cadáver, cuando acudió hasta allí para pillar a Fagalde in fraganti, pues había descubierto que su padrastro tiene una amante que ha provocado que quiera divorciarse de su madre.

El problema es que todo parece indicar que la persona que ha matado a su padrastro es una mujer, y todas las pistas apuntan a su madre, y por eso Sisely le ruega a Merlin que le ayude a encontrar al verdadero asesino, todo ello a contrareloj, pues el inspector de policía Hylan está reuniendo importantes pistas incriminatorias.

Para ello Merlin irá conociendo los testimonios de los principales sospechosos: Agnes Boghart, la amante de Fagalde; Evelyn, la viuda del Sr. Fagalde y principal sospechosa para la policía; Samuel Gaywood, el inválido y malhumorado hermano de Evelyn; y William Gaywood, hijo de Samuel, y oveja negra de la familia.

Muy pronto Merlin empezará a comprender que tras el asesinato de Fagalde puede haber mucho más de lo que aparenta a primera vista, algo relacionado con el pasado del muerto, y que el lector deberá descubrir por su cuenta.

La ambientación de esta fascinante trama es soberbia, con un tono de novela negra clásica que no era fácil de lograr en los años en que fue escrita la obra, tratando ciertos temas que la censura no hubiera permitido de haberse desarrollado la historia en España. Posiblemente el hecho de que los títulos de la colección fueran supuestas traducciones del inglés (en este caso estoy reseñando “Cadavers alike”) permitía que los censores de turno levantaran la mano, pues sabido era que en el extranjero la moralidad estaba por los suelos comparado con el impecable comportamiento de los españoles, y sobre todo de las españolas. De este modo, reflexiones como la que hace el protagonista (“… había dos medios de evitar la soledad: recurrir a alguna chica conocida o a una desconocida”) no serían admisibles si la acción se desarrollara en Burgos, pero ocurriendo en Nueva York, donde las mujeres son unas frescas, no había problema.

Como parte de la trama de Igual que los muertos aparecen temas como el divorcio, la prostitución, o la drogadicción; algo impensable para la España de 1966, donde esas cosas directamente no existían, o se ocultaban bajo la alfombra.

El autor da además muestras de conocer en profundidad la ciudad de Nueva York, con precisas descripciones de algunas de sus zonas más ilustres y también más lúgrubes, que permiten al lector adentrarse en la historia con facilidad.

Con este pequeño artículo, quiero rendir un pequeño homenaje a otro de esos escritores a los que se les ha dado muy poca relevancia, y que muy poca gente ha leído, por encontrase a la sombra de otros de mayor fama, entre ellos su hermano.

Siempre me he preguntado si Francisco consideraba haber acertado en su decisión, o por el contrario dejar la literatura le supuso una frustración personal.

La respuesta me la dio el gran Antonio Vera Ramírez, que afirma que su hermano «simplemente estaba harto de informalidades editoriales, y no le supuso ningún trauma abandonar la literatura. Simplemente regresó a su actividad bancaria con un cargo importante, y siguió viviendo tan feliz.«

Me alegra saber que D. Francisco continuó su vida felizmente al margen de su faceta como escritor, pero no es menos cierto que la literatura popular perdió un gran escritor, que eso sí, dejó tras de sí un ingente legado pendiente de descubrir. Yo al menos me propongo hacerlo.

Porque queridos lectores, tenemos que hablar de Mortimer (Cody).

MURDER CLUB DE ROLLAN

Este artículo tiene la única función de facilitar al lector un acceso sencillo al listado de la colección Murder Club de Rollán; un listado que por otra parte ya se podía encontrar en este mismo blog como parte de la reseña de la novela Psicoanálisis, de Curtis Garland.

Por aportar algo nuevo, aprovecho para adjuntar copia “restaurada” de todas las portadas de la colección.

La colección de Murder Club, de Rollán, es desde mi punto de vista, un caso muy interesante, por cuanto supuso un cambio editorial en este tipo de literatura que debió suponer una auténtica revolución, ya que esta colección presentaba unas características radicalmente distintas a las publicaciones existentes hasta la fecha:

  • El formato, de 13,5 X 19 cm, nada tenía que ver con el de los bolsilibros, motivo por el que es de suponer que provocara serios cambios en los procedimientos de distribución. Por lo visto esta colección no se distribuyó de forma generalizada en los quioscos (punto habitual para los lectores), sino que se envió a librerías de formato clásico.
  • El número de páginas -260 aproximadamente-, era casi el triple que la de los bolsilibros, que en ese momento tenían 96 páginas, lo que permitía un desarrollo más completo de las tramas a los autores, y eso repercute en una calidad media muy alta en sus títulos.
  • Las novelas se vendían como traducciones del inglés. De este modo, por poner dos ejemplos, Detective privado es la traducción de Private eye, y Cinco enigmas para Mónica resulta ser Five enigmas for Monica. En realidad este fraude al lector era habitual en todas las colecciones de Rollán, pero he considerado oportuno recordarlo.

  • El precio de las novelas era de 35 pesetas (21 céntimos de euro), en lugar de las  10 pesetas que costaban los bolsilibros habituales en ese momento.
  • La edición era muy cuidada, con portada y contraportada de Manuel Prieto Muriana, un brillante ilustrador que también realizaba unos maravillosos bocetos al principio de cada libro presentando a los principales personajes de la novela, y con un papel y encuadernación de calidad superior a lo habitual.

Debo señalar que la editorial Rollán sacó al mercado otra colección llamada Western Club (como podéis imaginar, dedicada al Oeste) con un formato idéntico. Pronto colgaré listado de esa colección.

Los dos principales pilares de la colección Murder Club fueron Curtis Garland, con 12 títulos, y Lou Carrigan -que dio inicio a la colección-, con 11, lo que da una idea de la importancia que se le quiso dar a la serie, al seleccionar a dos de sus mejores plumas.

La realidad es que la colección duró tan sólo 40 números, poca cosa para la longevidad que tuvieron los grandes éxitos de la editorial Rollán. Posiblemente el producto en sí no resultaba atractivo ni para los clientes habituales de la literatura popular (producto caro, con un formato demasiado grande para llevarlo en el bolsillo, y  no se distribuía en los quioscos) ni para lectores más cultos, que probablemente despreciaban este tipo de producto por considerarlo vulgar.

Y sin más, este es el listado de la colección:

TÍTULO PSEUDONIMO AUTOR
1 Dulce asesinato Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
2 Mantis y termitas Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
3 Blues en negro Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
4 Premio al asesino Joseph Teller José Téllez González
5 Seguimos la lucha Anthony Viardek Antonio Viader Vives
6 Memorias de un muerto Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
7 Las damas también mueren Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
8 Extorsión Everett Crawson Ángel Rodríguez Illera
9 Asesinar es muy fácil Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
10 La muerte firma contrato Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
11 Pero ella está muerta Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
12 Sopa de cangrejos Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
13 Laberinto criminal Joseph Teller José Téllez González
14 Felicitemos al asesino Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
15 A ritmo de sangre Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
16 ¿Por qué no hablamos del crimen? Keneth Scott Frank Mc Fair
17 La musa voluble Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
18 Auto-Stop Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
19 Buceando en el crimen Martin Bradley Félix Martínez Orejón
20 La noche vuelve Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
21 Un asesino anda suelto John A. Lakewood Juan Alarcón Benito
22 Ocura espiral Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
23 Igual que los muertos Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
24 Adios…Good Bye…Sayonara Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
25 Desnudo para el crimen Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
26 El bosque y el ratón Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
27 Travesía de lujo Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
28 Cantad en mi funeral Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
29 Coctail de venenos Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
30 Vértigo en el asfalto Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
31 Un cuento chino Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
32 Las arañas Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
33 Un crimen detrás de otro Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
34 Los asesinos se aburren Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
35 Psicoanálisis Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
36 Pompas fúnebres S.A. Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
37 Cinco enigmas para Mónica E. Jarnés Bergua Enrique Jarnés Bergua
38 Detective Privado Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
39 Las palomas asesinas Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
40 Por perder la cabeza Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez

Y las portadas de la colección.

 

 

 

 

LES PRESENTO A JEROME CALLAGHAN

Primera aparición de Jerome callaghan

En diversos artículos de este blog hemos ido conociendo a algunos de los más famosos personajes que protagonizaron auténticas sagas dentro de la novela popular española.

El Coyote, de José Mallorquí; El pirata Negro, de Arnaldo Visconti; M-31, de Curtis garland; La Reina Negra de Clark Carrados; Clive, de Silver Kane; El encapuchado de G.L. Hipkiss; o Baby, de Lou Carrigan -por citar tan sólo algunos de los más conocidos- han encontrado su hueco en la memoria de los aficionados, y sin embargo existen otros personajes repetitivos que son prácticamente desconocidos para el gran público que creo que merecen salir a la luz.

Precisamente a uno de ellos dedico este artículo: Jerome Callaghan, un interesante personaje creado por el prolífico Lou Carrigan (Antonio Vera Ramírez) que no alcanzó ni de lejos la fama del gran personaje del autor, que no es otro que la ya inmortal Brigitte Monfort (Baby para los amigos).

No es por cierto el único personaje del autor que se encuentra en esta situación, pero de eso ya hablaremos en otra ocasión.

Jerome Callaghan es el periodista estrella de World Press Agency, la flor y nata del periodismo internacional; un hombre hecho a sí mismo que ha alcanzado un nivel de fama y dinero que le permiten trabajar única y exclusivamente en casos que despierten su interés personal. Porque Jerome Callaghan no es un periodista cualquiera, sino que también está considerado el más sagaz criminólogo sobre la Tierra, hasta el punto que la policía le solicita su ayuda en aquellos casos en los que la perspicacia normal no es suficiente.

Ya os podéis hacer una idea del tipo de personaje: rico, brillante como periodista, irresistible para las mujeres, invencible en el cuerpo a cuerpo, con una capacidad sobrehumana para la labor detectivesca, y sobre todo con unos irrenunciables valores de honor y justicia que oculta detrás de una fachada de tipo duro.

Jerome Callaghan se ve acompañado en todas sus aventuras por dos fieles aliados con los que convive en su imponente mansión de la Calle 31 de Miami: Gus “ugly Skinner” y Archie Roger “Dinky”, dos gorilas lentos de mente pero veloces con los puños y con la pistola, que sienten una total devoción por su jefe, por el que se sacrificarían sin dudar. Estos dos personajes suponen el contrapunto humorístico en las historias de Jerome, pues están permanentemente peleando entre ellos, dando lugar a hilarantes situaciones.

Además, otros personajes recurrentes en la saga de Jerome son el inspector de policía Cecil Irwin, un policía honesto y competente, pero que va siempre dos pasos por detrás de nuestro protagonista en las investigaciones, y en menor medida Martín Martínez, un inteligente y simpático hombre de la B.I.C española (un émulo patrio del FBI). En realidad, la función principal del personaje de Cecil es el de hacerse cargo del rastro de cadáveres que su amigo Jerome va dejando atrás en el trascurso de sus aventuras.

Que yo tenga noticia el personaje de Jerome Callaghan aparece por primera vez en 1965 en la novela “Felicitemos al asesino”, publicada en el nº 14 de la colección Murder Club de Rollán, aunque pudiera ser que ya hubiera hecho alguna aparición anterior en otra colección.  Lo que sí puedo asegurar es que en los títulos anteriores del autor de Murder Club no aparecía: ni en “Dulce asesinato” (Nº 1), ni en “Memorias de un muerto” (nº 6), ni en “Asesinar es muy fácil” (Nº 9)  encontramos rastro de Jerome Callaghan.

Ya hemos comentado en otro artículo que el hecho de que Murder Club tuviera un número de páginas muy superior al formato tradicional de bolsilibro (250 páginas contra las 96-120 habituales) permitía una complejidad mayor de las tramas, y un desarrollo más elaborado de los personajes, algo que Lou Carrigan supo explotar muy bien para perfilar a Callaghan (un protagonista lleno de clichés, eso sí), algo que difícilmente hubiera podido conseguir en los bolsilibros tradicionales.

El caso es que a partir de “Felicitemos al asesino”, Jerome Callaghan volvió a protagonizar al menos otras seis novelas en la misma colección: “Auto-Stop” (Nº 18, en la que el asesinato del famoso cantante Cyrus Young provoca que Jerome Callaghan escriba 12 artículos para su periódico en los que poco a poco va resolviendo el crimen a partir de las pocas pistas existentes); “Adiós…Good Bye…Sayonara” (nº 24); “Travesía de lujo” (nº 27), una historia de crímenes en alta mar a bordo del Ocean, rumbo a París; “Un cuento chino” (Nº 31); “Pompas Fúnebres S.A.” (nº 36) y “Las Palomas asesinas” (Nº 39), una apasionante historia que gira alrededor de un local llamado precisamente Murder Club, que supondría la última aparición del personaje en Murder Club, pues la colección finalizaría tristemente en el nº 40 con “Por perder la cabeza”, una novela de Mortimer Cody (seudónimo de Francisco Vera Ramírez, hermano de Lou Carrigan).

Habréis observado que el nº 34 de la colección  “Los asesinos se aburren” no figura entre las obras protagonizadas por Jerome Callaghan. Se ve que el autor le dio un descanso para dejar paso a una excelente historia de lectura independiente sobre cuatro millonarios aburridos que deciden cometer un asesinato como entretenimiento. Una magnífica novela que demuestra una vez más lo que estos autores eran capaces de hacer si les daban el espacio suficiente.

Por supuesto sería previsible que Lou Carrigan continuara empleando al personaje de Jerome Callaghan en otras colecciones de Rollán (FBI, FBI Club, o Agente Federal principalmente), algo de lo que de momento no tengo constancia, pero que estoy seguro acabaré encontrando.

La gran sorpresa viene al descubrir (gracias a Gerard Martínez) que el personaje de Jerome Callaghan, siguiendo los pasos de M-31 de Curtis Garland, cambia de editorial, ya que la novela Torrentes de fresco champaña (nº 1.117 de Punto rojo de Bruguera) también está protagonizada por nuestro simpático periodista y sus dos gorilas favoritos. Podéis leer una reseña de la novela en https://resenasbolsilibros.blogspot.com%2/2020/02/torrentes-de-fresco-champana-lou.html

Lo que sí puedo aportar es una curiosidad, y es que el autor volvió a hacer un guiño al personaje en una de las novelas de la serie de Brigitte. En concreto, en “Adiós, espía”(nº 27 de ZZ7), la propia Baby hace referencia a Jerome Callaghan, cuando intenta conseguir un buen contrato en el Morning News: “Yo no soy un «solo» reportero. Soy Brigitte Montfort, señor Grogan. Conmigo, usted tiene en su periódico la flor y nata del periodismo mundial… Bueno, si exceptuamos a ese granuja de Jerome Callaghan, de Miami, no va a encontrar nadie mejor que yo en todo el mundo… ¿Conoce a Jerome Callaghan?.

Malas lenguas aseguran que está trabajando «en exclusiva» para la World Press Agency… por quinientos mil dólares anuales. Yo sólo pido ciento veinte mil.

    —No me diga que usted pretende compararse a Jerome Callaghan.

    —Como periodista, no. Callaghan es un auténtico fuera de serie. Es de esos hombres que crean un mito en el periodismo. Como investigador privado, también es sensacional… Sólo hay que leer su columna «Aquí, Callaghan…» para comprenderlo.

La columna Aquí, Callaghan… a aparece por cierto en todas las novelas de la serie.

Cuando el redactor le pregunta a Baby si le conoce en persona, ella contesta “Pues, no… Pero todo llega en la vida.”

¿Llegarían a conocerse Baby y Jerome?. Yo al menos lo desconozco.

Para dejar una muestra del tipo de novelas que protagonizó Jerome Callaghan, he decidido acompañar la reseña de una de sus obras, y me he inclinado por Pompas Fúnebres, S.A.

TITULO: POMPAS FÚNEBRES, S.A.

AUTOR: LOU CARRIGAN

Nº 36 COLECCIÓN MURDER CLUB. ROLLÁN

1ª EDICIÓN AGOSTO 1967

PORTADA: M. PRIETO MURANA

La novela comienza cuando Jerome Callaghan recibe la visita de una bella rubia llamada Beryl Christie y su jefe Neville Vallance, un virtuoso pianista de Jazz invidente que acude a nuestro protagonista con la intención de contratarle. Neville está convencido de que la empresa discográfica para la que trabaja le está estafando, vendiendo una cantidad de discos muy superior a la que le pagan, y propone a Jerome que consiga pruebas para poder demandarles por un importe de 1.000.000 de dólares. A cambio, Jerome recibirá la mitad de dicha indemnización.

El tema tiene miga, y es el motivo por el que he dicido reseñar esta novela, que no es la mejor de la serie, porque Lou Carrigan aprovecha la historia para comentar que con el tema de los libros pasa algo parecido, en una crítica indirecta a las editoriales españolas, que pagaban a los autores en función de unas tiradas teóricas que siempre se ha sospechado que eran muy superiores en la realidad, lo que servía a los editores para ahorrarse un dineral en pluses. Personalmente he tenido la oportunidad de ver algunos contratos de Bruguera y Rollán con algunos autores, y la liquidación definitiva que se hacía posteriormente. Se les pagaba un anticipo fijo en función de la tirada teórica, y se ajustaba posteriormente la cantidad cuando se conocían las ventas definitivas. Aquí es donde supuestamente timaban a los autores, informándoles de ventas muy inferiores a la realidad. Al margen por supuesto de otros temas, como la venta de derechos de las novelas para ser traducidas en otros países, sin que los autores vieran un duro.

Volviendo a la novela, como ya hemos comentado, Jerome Callaghan no se mueve por dinero, y rechaza la suculenta oferta por considerar que una simple estafa no le supone ningún reto profesional, y de este modo se despide de sus visitantes.

La cosa cambia cuando poco después de esta proposición, Jerome recibe una llamada anónima amenazándole con la muerte si se involucra en el asunto de Neville. Por supuesto, esta amenaza tiene el efecto contrario al deseado, despertando el interés de nuestro protagonista en el asunto, por lo que llama a Neville para informarle de que ha decidido aceptar la investigación.

A partir de aquí, Jerome se introducirá en un sórdido asunto que va mucho más allá de lo puede parecer a primera vista, enfrentándose a un genio criminal que se hace llamar Funeral, y descubriendo que alguien ha contratado su propio sepelio con todo tipo de lujos en una funeraria llamada Pompas Fúnebres, S.A, una empresa que pronto se verá desbordada por la cantidad de cadáveres que empiezan a aparecer en la historia.

Con esto espero haber aportado algo de luz sobre el personaje de Jerome Callaghan. Por supuesto actualizaré la reseña si tengo noticias de nuevas apariciones del personaje, algo que por supuesto no descarto en absoluto.

EIRIK JARBER Y SUS EXÓTICOS ESCENARIOS

Una de las principales características del bolsilibro patrio es que tanto los personajes como

Jarber cinco enigmas para monica

                ¿Matrícula de Madrid?                   ¿Billetes de mil pesetas?

los escenarios debían ser extranjeros, y cuanto más exóticos y alejados de cualquier cosa que suene a España, mejor. La acción de todas estas novelas siempre transcurre en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, o en cualquier lejano país, en muchas ocasiones con un buen conocimiento por parte de los autores de los lugares donde se desarrolla la trama, no tanto porque los conocieran personalmente, sino porque se molestaban en documentarse.

Si tenemos en cuenta que ya de inicio, salvo en contadas ocasiones, los autores de bolsilibros escogían seudónimos extranjeros, llegando al extremo de inventarse estrafalarias biografías, qué decir de los personajes y escenarios que poblaban las páginas de sus libros.  Mientras que resulta totalmente creíble que Lady Manor sea asesinada de forma misteriosa en su mansión de Willford, Inglaterra, los lectores tenemos una tendencia digna de estudio a pensar que estas cosas no pueden pasar en Cuenca, por poner un ejemplo; incredulidad desde mi punto de vista que podemos hacer extensible al cine español, del que el único género que nos tomamos en serio es el humor, aunque esto ha cambiado en los últimos años, especialmente en el género del terror.

Con este panorama de extranjerización de la literatura, he aquí que me encuentro con un tal Eirik Jarber.

Enrique Jarnés Bergua fue un guionista de cómic y novelista español (Cascante,

Jarber foto

Retrato del autor

1919-Madrid, 1986), que logró la popularidad con el serial radiofónico Diego Valor y sus adaptaciones al cómic. Su seudónimo más conocido fue Eirik Jarber (o E. Jarber), aunque firmó también como Al Piemont, E. Garber, E. Jarner, E. Jarter, E.J. Berg, Henry Harber o Jim Mohave.

Nació en Cascante, Navarra, en 1919 y murió en Madrid, en 1986. Hijo del escritor Benjamín Jarnés Millán, pasó su niñez y adolescencia en Zaragoza, donde inició los estudios de Derecho. Acabada la guerra, ingresó en la Academia General Militar. Su actividad profesional le llevó a diferentes lugares hasta acabar en Madrid, en el empleo de coronel al mando del CIR Nº 1 (Colmenar Viejo) y, más tarde, en la Revista Ejército donde bajo su dirección se crearon las ediciones Ejército que publicaron numerosas obras de autores nacionales e internacionales que, a juicio de la Revista, no debían faltar en la biblioteca de ningún militar. Jarnés, en pleno franquismo, época en la que era complicado mostrar la más mínima disconformidad, fue un insistente defensor de mejorar las condiciones culturales dentro del ejército.  Finalizó sus destinos militares con el cargo de general de Brigada, Jefe del Servicio de Publicaciones del Estado Mayor del Ejército.

Compaginó su carrera militar con una actividad literaria inusualmente prolífica que abarcó distintos géneros. En narrativa, con su nombre o bajo pseudónimos como E.J. Berg, E. Jarber, Henry Harber, Al Piemont y Jim Mohave, escribió novela policiaca, humorística, rosa, bélica, del Oeste y de ciencia-ficción (sólo conozco en esta faceta del autor lo relacionado con Diego Valor), siendo traducido a varios idiomas y desempeñando él mismo labores de traducción. Como dramaturgo, faceta que parece ser era la que más agradaba al escritor,   destaca su obra “La paz es imposible”.

Fue autor de los guiones radiofónicos de Diego Valor, piloto del futuro, serial de la cadenaJarber diego valor SER cuyo éxito se extendió durante cuatro temporadas, desde 1953 hasta 1958, con un epílogo en 1972, radiándose un total de 1.200 episodios de quince minutos cada uno y saltando el personaje al teatro –tres piezas estrenadas entre 1956 y 1959–, a la televisión –20 episodios entre 1958 y 1959– y al cómic, con 168 números entre 1954 y 1957.

El serial radiofónico de la SER, que se emitía justo a continuación de Dos hombres buenos, fue interpretado al comienzo por Eduardo Lacueva (Diego Valor) Juanita Ginzo (Beatriz) Rafael Fúster (Portolés) Julio Montijano (Hogan) Mario Moreno (Lafitte) y Javier Dastís (Mekong) supuso el inicio de un nuevo tipo de serial de aventuras. Posteriormente se intentó explotar el éxito mediante unos tebeos mal editados, incorporados dentro de la parte sobrante de la revista Chicos, a menudo defectuosamente guillotinado, con un papel de pésima calidad y unos dibujos esquemáticos, sin imaginación, repetitivos y prácticamente sin fondos, pero con unos guiones que satisfacían plenamente a los lectores de la época.

Jarber diego-valor-portadaRealmente Diego Valor era la versión española de Dan Dare, dibujado en Inglaterra por Keith Watson, de la que se conservó el argumento en los primeros episodios, cambiando sólo algunos nombres y nacionalidades, para posteriormente alcanzar sus cotas más altas cuando Jarber asumió la creación de los guiones.

En un futuro no muy lejano la Tierra ha conquistado ya la Luna y Marte pero el alimento escasea. Por eso se organiza desde el cosmódromo de Alcalá de Henares una expedición internacional a Venus dirigida por el general Miranda e integrada por el comandante Diego Valor (héroe madrileño admirado en el mundo entero)  acompañado de los capitanes Miguel Portolés (español), Hanks Hogan (alemán) y Pierre Lafitte (francés) a la que se une la ingeniero civil Beatriz Fontana (una mujer piloto, y con conocimientos científicos muy superiores a los del resto de hombres que supone un personaje muy avanzado para la época, al igual que otros personajes femeninos creados por Jarnés). En Venus conviven los artiles, semejantes a los terrestres, los viganes de color verde gobernados dictatorialmente por el malvado Mekong con pretensiones, cómo no, de dominar el universo, y los atlantes descendientes de los humanos que escaparon de la destrucción de la Atlántida. Después de un sinfín de luchas los terrestres conseguirán, en la Luna, derrotar definitivamente al Mekong y establecer una pacífica alianza con todas las razas de Venus.

 Fuente: http://www.ciencia-ficcion.com/comics/diegovalor.htm

Dentro del mundo del cómic destaca también su trabajo en la adaptación de las aventuras de Bill Barnes, cuyas aventuras literarias originales fueron publicadas en la colección Héroes Audaces.

silencio tumbaDentro el mundo de la literatura popular, sin ser de los autores más prolíficos, sí que escribió un buen puñado de novelas del género romántico, especialmente para Rollán y Cid, en las que aparecía repetidamente una joven llamada Sonia Hansen, y unas cuantas obras de muy buena calidad del género policiaco, entre las que destacaría las de la colección Novela Negra de editorial Tesoro, las novelas de FBI de Rollán, y especialmente sus cuatro títulos dentro de la colección Murder Club, también de Rollán, una de las cuales, “Cinco enigmas para Mónica”, es la que ha motivado esta reseña, que como siempre, de micro no tiene nada.

En la colección Nova Club de Rollán también realizó su incursión en la ciencia ficción:

Título

Autor

1 Las máquinas E. Jarnés Bergua
5 El tiempo y los condenados E. Jarnés Bergua
8 Cuerpos y mentes E. Jarnés Bergua
11 Relatos de un navegante E. Jarnés Bergua
14 Memorias de un rebelde E. Jarnés Bergua
18 Mitos y leyendas E. Jarnés Bergua

Ya de lleno en la reseña del libro, como ya adelanta el título, “Cinco enigmas para Mónica”  no es una novela, sino el compendio de 5 relatos policiacos que giran alrededor de dos personajes: la protagonista absoluta, Mónica, una bella e inteligente enfermera que supone uno de esos personajes femeninos muy adelantados a su época, y el inspector de policía Marcos Alcázar, un Don Juan perdidamente enamorado de Mónica, no tanto de su belleza, sino de su aguda inteligencia y desbordante personalidad.

Destacaría de la novela, muy pero que muy recomendable, varios aspectos:

  • En primer lugar son relatos policiacos bien escritos y bien construidos, con misterios irresolubles que nuestra intrépida protagonista, una en apariencia alocada joven, consigue resolver con sus excepcionales capacidades intelectuales. Mónica es la protagonista absoluta de los relatos, y el florero en este caso es el hombre, el comisario Marcos Alcázar.
  • La españolización de todas las historias. Tanto los personajes como los escenarios en que se producen los enigmas son totalmente cercanos, y a modo de ejemplo comentaré que en uno de los casos un Seat 600 resulta ser un elemento clave para la resolución del misterio, en otro se produce un crimen en un chalet de la madrileña calle de Arturo Soria. En la propia portada de la novela destaca un fajo de billetes de mil pesetas, debajo de una lúgubre mansión sospechosamente parecida al hotel de Psicosis.
  • El humor está muy presente en todas las historias: el sarcasmo de la protagonista es delicioso, así como sus afilados diálogos con Marcos Alcázar. El autor se permite el lujo en uno de los relatos de mencionarse a sí mismo, al indicar que Mónica está leyendo un magnífico libro llamado “El bosque y los ratones”, de un tal Eirik Jarber, novela publicada por el autor en la propia colección Murder Club. En otro de los relatos, uno de los protagonistas, escritor de novelas policiacas, comenta que “Yo también invento novelas policiacas. Las escribo y con ello me gano un pequeño sobresueldo. No mucho, no vaya a pensar. En España se pagan muy mal estas cosas.”
  • Como en toda la colección Murder Club, la maravillosa portada y contraportada de Prieto Muriana.

Los otros tres libros publicados por el autor en Murder Club (Mantis y termitas, Sopa de eirik-jarber-el-bosque-y-el-ratc3b3n-subidacangrejos y El Bosque y el ratón) tienen de protagonista a Michel Piron, un detective que creo que merece una reseña aparte que espero escribir algún día, pero anticipo que son también muy recomendables novelas de misterio con unas buenas dosis de fino humor.

Tanto sus relatos como sus guiones para la pequeña pantalla –distintos episodios de la serie televisiva Grandes Batallas– recibieron diferentes galardones y cuentos suyos están incluidos en la Antología de los mejores relatos policíacos de Acervo (Tomos 11, 14 y 15). Perteneció al Consejo y Comisión Delegada del Instituto Nacional del Libro Español.

Entre las obras firmadas con su nombre destacan: Por exceso (Madrid, 1954), Hombres Heroicos (Madrid, 1962), Las máquinas (Madrid, 1969), Tres pasos en falso (Madrid, 1970), Memorias de un rebelde (Madrid, 1970), Cuerpos y mentes (Madrid, 1971), Relatos de un navegante Madrid, 1971), El tiempo y los condenados (Madrid, 1971), Mitos y leyendas (Madrid, 1972), Ejército y cultura (Premio Ejército 1980), Cartas a Cadalso (editadas en la revista Reconquista, 1982 y 1983).

En 1966, el falangista Santos Alcocer dirigió la película El enigma del ataúd, sobre la novela “Sólo un ataud” de Jarnés Bergua (Nº 23 de la colección Novela Negra de Editorial Tesoro, publicada en 1963).

La película, que inicialmente iba a ser dirigida por Jesús Franco, narra la historia de cómo, ante su inminente muerte, Dam Gaillimh hace llamar a sus sobrinos para que acudan al castillo familiar a la lectura de su testamento. Lo que sus herederos no saben, pero pronto descubren, es que el hombre ha dilapidado la fortuna que le dejó su hermano, por lo que todo su legado se reduce al importe de la póliza de un seguro de vida contratado tiempo antes. Esa misma noche, el viejo Gaillimh aparece muerto con un cuchillo clavado en el pecho. De mutuo acuerdo, todos los presentes acuerdan ocultar los términos en los que se ha producido el accidente, con el fin de evitar perder el dinero del seguro haciendo creer que el fallecimiento se ha producido por causas naturales.

Como curiosidad, esta película se distribuyó internacionalmente con el título de “Les orgies du Dr. Orloff”, en relación con el famoso personaje creación de Jesús Franco  e interpretado por Howard Vernon, que trabaja en la cinta, pero no haciendo el papel del Dr. por el que será siempre recordado. Se trata pues de una película de Orloff, pero sin Orloff.

En 1972 el propio Jesús Franco adaptaría otra novela del propio Jarber, “Un silencio de

jarber un silencio peli

Jesús Franco adaptando a Jarber

tumba”, publicada en el nº 1 de la colección novela negra de Editorial Tesoro.

Un grupo de amigos en un barco, van a visitar la casa que una de ellas, Annette, ha comprado en una isla desierta. Cuando llegan a la isla les espera allí Valerie, hermana de Annette, la cual vive con un par de criados y un niño pequeño que en realidad es hijo de Annette. Valerie odia a su hermana, su estilo de vida, sus fracasos matrimoniales y la poca atención que presta a su hijo, hasta el punto que Valerie incluso piensa que debe matarla. Tras una fiesta nocturna, descubren que el niño ha desaparecido; en su cama hay un rastro de sangre y una nota pidiendo un rescate por su vida. Encerrados en la isla sin posibilidad de comunicación con el exterior, los invitados van muriendo uno a uno sin aparente explicación.

Que yo conozca, ninguna otra obra del autor fue adaptada al cine.

PSICOANÁLISIS

Título: PSICOANÁLISIS

Autor: CURTIS GARLAND

Colección Murder Club nº 35. Editorial Rollán

Portada: M. Prieto Muriana

1ª edición: Julio 1967

psicoanalisisLa colección de Murder Club, de Rollán, es desde mi punto de vista, un caso muy interesante, por cuanto supuso un cambio editorial en este tipo de literatura que debió suponer una auténtica revolución, ya que esta colección presentaba unas características radicalmente distintas a las publicaciones existentes hasta la fecha:

  • El formato, de 13,5 X 19 cm, nada tenía que ver con el de los bolsilibros, motivo por el que es de suponer que tuviera serios cambios en los procedimientos de distribución (no me imagino estos libros en los kioscos).
  • El número de páginas -260 aproximadamente-, era casi el triple que la de los bolsilibros, que en ese momento tenían 96 páginas, lo que permitía un desarrollo más completo de las tramas a los autores, y eso repercute en una calidad media muy alta en sus títulos.

–   El precio de las novelas era de 35 pesetas (21 céntimos), en lugar de las  10 pesetas que costaban los bolsilibros habituales en ese momento.

  • La edición era muy cuidada, con portada y contraportada de Manuel Prieto Muriana, un brillante ilustrador que también realizaba unos maravillosos bocetos al principio de cada libro presentando a los principales personajes de la novela, y con un papel y encuadernación de calidad superior a lo habitual.

Respecto a Manuel Prieto Muriana, se trata de un almeriense nacido en 1.931 que se inició en psicoanalisis 3el dibujo de forma autodidacta y que en 1.956 se presentó en Rollán en contestación a un anuncio publicado en el periódico que informaba que se buscaban ilustradores para los libros. Esta editorial fue su casa durante más de 20 años, iniciándose como dibujante de “Solitario Jim”, para pasarse rápidamente a la ilustración, donde realizó portadas para FBI, Murder Club, ZZ7 (todas las espectaculares portadas de la agente Brigitte Monfort son suyas), Los intocables, FBI Club, Terror Rollán, o mis favoritas, las de Galería siniestra, una magnífica colección de 32 números que recogía las biografías de famosos asesinos de la historia, escritas por Mariano Tudela bajo distintos seudónimos.

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Al margen del mundo de la novela popular, Muriana elaboró portadas para comics como Jonnah Hex, Dossier Negro, Delta o Hunter.

El experimento de Murder Club lamentablemente no debió funcionar bien, pues sólo llegó hasta su número 40, con los siguientes títulos:

TÍTULO AUTOR NOMBRE REAL
1 Dulce asesinato Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
2 Mantis y termitas Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
3 Blues en negro Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
4 Premio al asesino Joseph Teller José Téllez González
5 Seguimos la lucha Anthony Viardek Antonio Viader Vives
6 Memorias de un muerto Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
7 Las damas también mueren Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
8 Extorsión Everett Crawson Ángel Rodríguez Illera
9 Asesinar es muy fácil Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
10 La muerte firma contrato Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
11 Pero ella está muerta Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
12 Sopa de cangrejos Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
13 Laberinto criminal Joseph Teller José Téllez González
14 Felicitemos al asesino Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
15 A ritmo de sangre Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
16 ¿Por qué no hablamos del crimen? Keneth Scott Frank Mc Fair
17 La musa voluble Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
18 Auto-Stop Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
19 Buceando en el crimen Martin Bradley Félix Martínez Orejón
20 La noche vuelve Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
21 Un asesino anda suelto John A. Lakewood Juan Alarcón Benito
22 Ocura espiral Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
23 Igual que los muertos Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
24 Adios…Good Bye…Sayonara Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
25 Desnudo para el crimen Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
26 El bosque y el ratón Eirik Jarber Enrique Jarnés Bergua
27 Travesía de lujo Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
28 Cantad en mi funeral Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
29 Coctail de venenos Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
30 Vértigo en el asfalto Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
31 Un cuento chino Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
32 Las arañas Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
33 Un crimen detrás de otro Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez
34 Los asesinos se aburren Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
35 Psicoanálisis Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
36 Pompas fúnebres S.A. Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
37 Cinco enigmas para Mónica E. Jarnés Bergua Enrique Jarnés Bergua
38 Detective Privado Curtis Garland Juan Gallardo Muñoz
39 Las palomas asesinas Lou C. Carrigan Antonio Vera Ramírez
40 Por perder la cabeza Duncan M. Cody Francisco Vera Ramírez

Dulce-asesinato

Nº 1 de la colección

Como se ve, los pilares de esta colección fueron Curtis Garland, con 12 títulos, y Lou Carrigan, que dio inicio a la colección, con 11, lo que da una idea de la importancia que se le quiso dar a la misma, al seleccionar a dos de sus mejores plumas. Personalmente me resulta una pena que no escribieran para Murder Club autores de la talla de Eduardo Guzmán (Eddie Thorny), escritores habituales en otras colecciones Rollán, y que considero hubieran podido ofrecer grandes obras; y otra gran lástima es la prematura desaparición de esta serie, todo un clásico de la literatura policiaca hispana.

La novela objeto de esta reseña, “Psicoanálisis”, en la que me he vuelto a dispersar, comienza con una narración del inspector George Hampton, superintendente de policía de Scotland Yard, acerca del dossier London 4727-110 F, más conocido entre el público como “El caso de los Horrores”.

Dicho dossier recoge el relato de la doctora Gail Lennart, directora del Psychiatric Kensington Center, y protagonista del libro, en el que explica la llegada al hospital psiquiátrico de un hombre llamado David Strangeway, vestido con un pijama impregnado en sangre, que pide ser ingresado de por vida, afirmando haber asesinado y decapitado con una espada a 29 mujeres, dos de ellas esa misma noche en Notting Hill.

El relato se complica cuando David Strangeway, – un atractivo joven con un magnetismo capaz de enamorar a cualquier mujer- explica que los primeros asesinatos los cometió en Enero de 1.840.

Tras la repentina fuga del hospital de David, la doctora Lennart, que se siente irresistiblemente atraída por el supuesto homicida, decide realizar todas las averiguaciones posibles para dar con su paradero y poder aplicarle el tratamiento adecuado. Para ello contará con la colaboración del inspector Hampton.

Sus investigaciones le llevan a localizar a la esposa de David –Wanda-, y al hallazgo de una antigua maleta donde encuentran un libro editado en 1.902 llamado “La tizona sangrienta”, cuyo terrible subtítulo es “o la muerte de Rachel Wakefield, bajo el arma asesina de David Strangeway”.

Una gran novela, recordada de manera especial por Juan Gallardo en sus memorias, que comienza con una dedicatoria a Robert Bloch, en la que nada es lo que parece, y en la que se hacen referencias a Jack el Destripador, la degolladora de Hampton Road, el psicoanálisis de Freud, y un sinfín de cosas más entre las que me ha llamado la atención la referida a las teorías de Lombroso.

Cesare Lombroso era un médico y criminólogo italiano que escribió a finales del siglo XIX

Lombroso

Cesare Lombroso (1.835-1.909)

una serie de libros con el empeño de demostrar su teoría acerca de los delincuentes natos. Lombroso entendía el delito como resultado de tendencias innatas, de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales, donde también intervenían factores como el clima, la orografía, el grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica y hasta la religión.

El 15 de abril de 1876 se puede considerar que es la fecha oficial en que nace la Criminología como ciencia, ya que ese día se publica el “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”.

Basándose en 400 autopsias y el estudio de 6.000 criminales vivos, Lombroso elaboró un listado de los rasgos que debía tener una persona para ser considerada como un peligro latente:

  1. Asimetría en el rostro.
  2. Una frente hundida.
  3. Prognatismo (cuando la dentadura sobresale del plano vertical de la cara).
  4. Orejas de inusual tamaño.
  5. Excesivo largo de brazos.
  6. Asimetría en el cráneo.
  7. Menor capacidad craneana.
  8. Mayor diámetro bicigomático (anchura máxima de la cara).
  9. Gran capacidad orbitaria.
  10. Abultamiento del occipucio (parte posterior de la cabeza).

Aparte de las características físicas, Lombroso achaca al delincuente nato una serie de comportamientos similares a los de un salvaje, al cual le gusta tatuarse, es supersticioso, le gustan los amuletos, y prefiere los colores primarios.

El nivel de exactitud que Lombroso asignaba a sus propias teorías era tal que llegó a afirmar que en lo referente a la terapia del delito, “en realidad, para los criminales natos adultos no hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna demasiado peligrosos”.

Así que si en el ascensor os cruzáis con un vecino de rostro asimétrico, orejas grandes y brazos largos y tatuados, ¡Corred, insensatos, corred!.

Debo señalar que es posible que los crímenes narrados en el libro puedan estar inspirados en los cometidos por Francisco Guerrero Pérez, considerado como el primer asesino en serie mexicano, que asesinó a 20 mujeres entre 1.880 y 1.888 (casualmente de forma simultánea a Jack el Destripador), todas ellas prostitutas a las que violó previamente, degollándolas, y en algún caso decapitándolas. Este asesino  fue considerado en la época como un “asesino nato”, conforme a la descripción realizada por Lombroso.