GUILLERMO LÓPEZ HIPKISS

El encapuchado

Pionero de la Novela Popular

Creo obligado dedicar un post exclusivo a uno de los escritores más grandes que han pasado por la literatura popular en España, y que por su lejanía en el tiempo y por la nula reedición de su obra, se encuentra en el grupo de los grandes olvidados.

Guillermo López Hipkiss nació en Novellana (Asturias) en 1902, y falleció en Barcelona en 1957. Hombre polifacético de los que ya no quedan, fue marino mercante,  traductor y escritor de literatura popular, donde brilló, como autor del género policiaco y de aventuras, con un estilo muy personal, y sobre todas las cosas, creador de varios personajes ya clásicos, como el aristócrata Lincoln Fields, el periodista Ronald Patton, el detective privado Patrick O’Hara, el inspector inglés Edward Cronwell, el millonario Milton Drake, alias El Encapuchado; y de otros detectives y periodistas, como Yuma, Perry Baxton o Bob Lester.

Guillermo López Hipkiss se crió en el seno de una familia humilde. Su padre y su madre –de

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Guillermo López Hipkiss

nacionalidad británica- eran el cocinero y la institutriz de la familia Mora y Aragón, emparentados con la reina de Bélgica. Al morir su padre en 1.908 siendo él un niño de seis años, su madre decidió volver a Inglaterra con sus cuatro hijos, donde cursaría sus estudios, motivo por el que aprendió tan bien el inglés, lo que le permitiría posteriormente trabajar como traductor.

Guillermo  se hace marino mercante y en 1927 se instala en Barcelona. Tras contactar con Pablo Molino, y aprovechando su dominio del inglés, comienza a trabajar para él como traductor en la editorial Molino, y de su mano salieron gran parte de las traducciones de los mejores escritores policiacos de la época, así que sin que lo supierais, es probable que vuestro primer contacto con Agatha Christie, Mark Twain, o Erle Stanley Gardner, por mencionar algunos de los más conocidos, se deban a nuestro autor.

Como traductor, sin lugar a dudas su trabajo más personal y destacado lo encontramos en la

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Traductor de Guillermo  con un estilo irrepetible

mítica colección de Guillermo (Just William), editada en los 50´por la propia editorial Molino, de la autora británica Richmal Crompton. La colección, que trataba las aventuras y desventuras de un niño de 11 años y sus amigos Enrique, Douglas y Pelirrojo con un humor finísimo, que desde mi punto de vista sigue siendo encantador, fue en la época una de las series más seguidas por los lectores más jóvenes, esos que hoy tienen unos kilos de más y unos pelos de menos, pero la misma ilusión que entonces.

Aparte de ser quien inventó, por ejemplo, exclamaciones como “¡Repámpanos!”, “¡Recristo!” o, sobre todo, la inimitable “¡Troncho!”, me gustaría destacar una pequeña anécdota de la labor de traductor de Hipkiss, para que entendáis como las gastaba el amigo, y que explica porqué su labor como traductor tiene tantos detractores como admiradores.

En uno de los libros en castellano de la colección de Guillermo -en “Los apuros de Guillermo” para ser más exacto-, aparece un poema que en el libro se atribuye a un tal L. Martínez de Ribera, y que misteriosamente no figura en la versión original inglesa.

La explicación a este enigma es que el travieso traductor coló un poema del periodista-poeta Lope Martínez de Ribera, amigo suyo, fallecido en 1.948, no sé si como homenaje póstumo, o como broma particular.

Reconoced que hay que echarle mucho morro para meter con toda tu cara el poema de un amigo en un libro. A mi me parece sencillamente genial.

Del trabajo de traductor se ha dicho que es, con la prostitución, la profesión más antigua del mundo, aunque peor pagada. E incluso ha habido quien ha afirmado que traducción y prostitución son una misma cosa, porque consisten en definitiva en hacer por dinero lo que se debiera hacer por amor. Pues bien, en mi opinión Hipkiss se prostituía pero con amor, y buena prueba de ello es que a pesar de tener ya una sólida carrera como escritor, continuó traduciendo hasta su muerte.

Como pasó con otros muchos traductores de la época, Guillermo López Hipkiss dio el salto a la escritura de títulos propios con el Boom de la literatura popular. Sus primeros personajes fueron “Diamond Dick”, con más de 30 títulos entre 1933 y 1936, “Buffalo Bill” (1933-1936), el folletín de “Al Ripper, Terror de Chicago” (12 títulos), y “Nick Carter”, éste último de forma conjunta con otros cuantos escritores.

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Yuma, de editorial Molino

En 1.942, bajo el seudónimo de Rafael Molinero, comienza a escribir el que para mí es su primer gran personaje, Yuma, dentro de la maravillosa colección Hombres Audaces Nuevos Héroes, de Molino, un compendio de imitaciones españolizadas de los grandes personajes publicados hasta la fecha en la colección (La Sombra, Doc Savage, Pete Rice, Jim Wallace y Bill Barnes).

Yuma, remedo de La Sombra, trata de las Aventuras de un hombre misterioso llamado Ramón Trévelez, que, en su laboratorio del Valle de la Regeneración, en el Yucatán, borra la memoria de criminales y delincuentes y los incorpora como agentes en la lucha contra el hampa, adjudicando a cada uno, una letra del alfabeto. Gran investigador, dirige el Instituto de Inventores e Investigaciones Científicas, situado cerca del Tibidabo, en Barcelona y valiéndose de ocurrentes aparatos científicos, persigue al crimen hasta sus últimas consecuencias, enfrentándose a él con mano firme y esfumándose en el vacío cuando sus enemigos le creen acorralado, gracias a una capa de su propia invención.

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Otro de los seudónimos de Hipkiss

En su lucha contra en crimen cuenta con un lugarteniente, Gárvez (A) y con diversos agentes reclutados por él mismo: Marcos (Y), Santos (T), Manrique (X), Samara (K), la Dra. Dolores Arana (R), el Profesor Vardo y otros.

En el mismo periodo que escribió las aventuras de Yuma para Molino (de 1.942 a 1.945) publicó bajo diversos seudónimos las aventuras de otros personajes como el inspector británico Edward Cromwell (2 títulos), Lincoln Fields (3 títulos), Ronald Patton (2 títulos) o Patrick O´Hara (3 títulos) dentro de la colección Misterio de Editorial Cliper, personajes que nunca aparecían acreditados en los títulos, y sobre todo las 17 entregas del detective Perry Baxton para Bruguera, en la colección del mismo título, donde empleó los seudónimos de William L.H y G.L Hipkiss.

En 1.946, cuando ya era un experimentado escritor de novela popular, se publica en la

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       La mítica colección de             «El Encapuchado»

Editorial Clíper el primer título de la obra que le hará pasar a la historia, y su mayor éxito de público: El Encapuchado, aunque previamente el autor, bajo el seudónimo de John Swindon, ya había publicado una primera novela con un Encapuchado malvado en la colección Misterio de Clíper que pudo ser el germen del personaje.

La colección, con un total de 80 títulos publicados en dos etapas (62 en la primera, de 1.946 a 1.950, y 18 en la segunda con un formato más pequeño, escritas en 1.953) narra las aventuras de Milton Drake, verdadera identidad de nuestro héroe, un multimillonario al que un buen día le cambia drásticamente la vida al conocer a La Antorcha, – una mujer rubia de identidad desconocida -, que le salva la vida al ser atacado por unos atracadores en Florida. Drake queda absolutamente fascinado de esta heroína sigilosa y valiente, y nace en él la sensación del deber y comprensión acerca de las obligaciones que debe tener con el resto del mundo. A pesar de todo, no siempre es bien entendida la labor de La Antorcha, y de forma repetitiva es perseguida por el inspector Grimm, que piensa que se trata simplemente de una malvada ladrona de guante blanco. Tras este  encuentro nace El Encapuchado, un héroe que combatirá el crimen de la peligrosa ciudad de Baltimore de los años 40, al mismo tiempo que intenta averiguar la verdadera identidad de su admirada Antorcha, misión nada fácil ya que no son pocas las mujeres que revolotean alrededor de Drake, aunque realmente la mujer por la que suspira es su amiga de toda la vida, Mavis Donovan.

El número uno de la colección ya destacaba con una portada en la que aparecía la misteriosa y bella mujer rubia llamada la Antorcha, envuelta en un ajustado vestido rojo cuya identidad quedaba oculta tras un antifaz, tan efectivo para esta misión como las gafas de Clark Kent/Superman.

A lo largo de la colección, el papel de las mujeres es muy destacado, no limitándose a los típicos papeles de adorno, siendo personajes de carácter decidido que convierten en muchas ocasiones al supuesto protagonista en un mero secundario.

El Encapuchado fue un gran éxito en su época, compitiendo en popularidad con el Coyote de José Mallorquí, y todo un logro teniendo en cuenta que eran novelas que se tenían que escribir cada quince días. Tanta fue su popularidad que en 1947 su personaje salto al cómic con dibujos de Adriano Blasco.

Si a la calidad literaria le sumamos unas deliciosas portadas, obra de Francisco Batet, J. Moreno y Tomas Porto, y unos dibujos interiores a cargo de Francisco Darnís, obtenemos en mi opinión como resultado una de las mejores colecciones pulp de todos los tiempos.

Al finalizar el primer ciclo del encapuchado el autor intentó repetir el éxito con nuevos personajes, como Bruce Nolan (16 títulos), escrita como Gerard L. Henrich, y por encima de todos, el que es para mi otro de sus grandes personajes, Bob Lester, protagonista de la colección Miedo, también de Clíper, que tan sólo duró 7 números, en uno de esos inexplicables casos de serie de excepcional calidad que no cuaja entre el público, tal vez porque literariamente era de calidad y pretensión muy superior a lo que era la novela popular de masas, y encima, adornadas con unas magníficas portadas de Lozano Olivares.

Tras la segunda serie del encapuchado, Hipkiss dirigió sus esfuerzos al doblaje de películas, aunque nunca abandonó del todo la escritura.

Como curiosidad sobre el autor, decir que parece ser que era muy aficionado al ocultismo, del mismo modo que otros muchos escritores que escribían este tipo de novelas, como Sax Rohmer, creador de “Fu-Manchu”, o Walter B. Gibson, autor de La Sombra, por ejemplo.

El 6 de abril de 1957, joven, muy joven, falleció prematuramente D. Guillermo López Hipkiss de un cáncer de colon, privándonos de muchos  años de buena literatura.

Es una verdadera lástima no haber podido ver al autor en el boom de la literatura popular, bien en FBI, Servicio Secreto, Punto Rojo, o cualquiera de las colecciones que inundaron los kioscos entre las décadas de los 50 y 70, aunque llegó a publicar algún título en las colecciones Interpol y CIA, de la editorial Dólar.

Os dejo una relación de los seudónimos del autor de los que tengo constancia:

Guillermo López Hipkiss/Cody, W. Frederick/G. López H./Guillermo Novellana/G. L. Hipkiss/G. López/L. Winterton/John Swidon/William L. Hipkiss/William L. H/Rafael Molinero/Gerad L. Henrich/W. Frederick Cody/Guillermo de Novellana/L. H. Buttler/

Para mí, sencillamente el maestro de todos los que vinieron después. Larga vida a Hipkiss.

2 comentarios en “GUILLERMO LÓPEZ HIPKISS

  1. Acabo de leer su cuento “La cámara de los horrores”, y sencillamente me encantó, por consiguiente, me puse a investigar sobre el autor y si no es por este artículo me habría sido muy difícil saber más ya que hay muy poca información sobre él.

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